El camino político de las actuales semanas entró de improvisto a un espejismo de un oasis real con rincones agrestes, pero bien concreto, en el desierto de atropellos y sufrimientos que ha sido el proceso institucional de estos últimos 25 años en Venezuela. Al definirse la candidatura del doctor Edmundo González Urrutia, desde los episodios que ya conoce la opinión pública nacional; al iniciarse su contacto con la audiencia masiva y comenzar a exponer sus ideas, puso de relieve que el país de décadas recientes sobrecargado de bandazos, “viverias” e ignorancias, tiene en sus filas, no tan anónimas, ni tan espontáneas -como algunos pretenden señalar- curtidas representaciones de la civilidad. Tiene en sus reservas, más de lo que se cree y se piensa, las trayectorias meritorias con la humildad y firmeza suficiente para encarar la justicia esquiva y hacerla acierto en normativas y diálogos en estos escenarios de anarquías y de intrigas.
El doctor Edmundo lo afirmó con su voz ecuánime y convencida: “Va a ser una campaña muy corta”. María Corina Machado, la líder del proceso desde su poder de convocatoria manifestó: “campaña única en la historia de Venezuela”. El profesor Edgar Sarabia de la coordinación general de Vente, en el antiguo municipio Heres, del estado Bolívar, acota: “La gente se organiza y se movilizará por ella misma de forma desbordada sin esperar operativos” en alusión a los apoyos logístico de las organizaciones políticas clásicas y sus acostumbradas estrategias en días de votación, por lo general llenas de dificultades, vicios e improvisaciones. Las dos primeras premisas, la del candidato y la de la líder, son indicadores de un lapso en los que se afrontará, por los días restantes al proceso comicial, los embates del régimen con sus contorsiones ante el final ineludible, a menos que como también se dice el chavismo le dé “el palo a la lámpara”. Son coordenadas del mensaje: “…recuperación económica y de la reinstitucionalización democrática”. De atención a la organización, para hacerla efectiva y ágil en circunstancias de acecho de los cuerpos de seguridad del Estado; teniendo como gran objetivo el cambio, anhelo de las mayorías.
De allí que sea importante anotar la convocatoria al discurso que señale las responsabilidades de las políticas nacionales en el estado Bolívar durante 20 años, ignorando las manipuladas cantaletas de las sanciones y demás hierbas, que los grupos de intereses nacionales de todo tipo (igual andan agazapados o fingiéndose neutrales en las ciudades guayanesas), esgrimen como punto determinante. En el estado Bolívar si de algo se conoce es como la corrupción se enquistó y compró conciencias. Como la ruina de empresas grandes, medianas y pequeñas, fue el daño de la ejecutoria revolucionaria que continúa sin rendir cuentas de cientos de proyectos perdidos, nunca ejecutados o despilfarrados en toda la geografía regional. A estos aspectos que tanto silencio tienen por parte de partidos políticos “opositores” locales han de salirle al frente las voces emergentes en formación, con las ideas sobre Guayana que deriven en la gestión presidencial de González Urrutia.
Pronunciamiento de la sociedad civil
En el estado Bolívar hay esclavitud moderna, producto del modelo primitivo de extracción minera por el proyecto Arco Minero del Orinoco. Se han desalojado comunidades indígenas por la presencia de las bandas antisociales y grupos irregulares. Desde la jurisdicción del municipio Cedeño, hasta las de Gran Sabana, pasando por los municipios bolivariano Angostura, El Callao y Piar, han ocurrido desapariciones de personas, asesinatos y control de pueblos enteros a manos del hampa. Los servicios se hundieron al máximo con graves consecuencias en la educación y en la salud. Esas realidades se conocen en la zona por trabajos periodísticos, encabezados en reportajes especiales de Correo del Caroní y alianzas de medios independientes. El seguimiento a estas materias por parte de los grupos políticos de la región no existe. Ocasionalmente una que otra expresión surge en el mutismo de factores y hasta ahí. Por supuesto, una sociedad regional que aspira al cambio debe tener entre sus inventarios informes y propuestas sobre las problemáticas mencionadas. La sociedad civil aún muy joven pero existente y con determinación de trabajo tiene que ser portavoz de la voluntad política con la que ha de nutrir desde Guayana al doctor Edmundo y él pueda tender la mano a una región golpeada y agonizante cuando el futuro abre rendijas.
María Corina Machado, a quien no puede negarse haberse crecido en la tarea política trascendente, es ahora, por conocer directamente las realidades específicas del patio, el primer gran recurso y la mejor aliada para enfrentar el deteriorado escenario del extenso estado Bolívar. Su coherencia, valorada ampliamente por la gente, ante un régimen autoritario y a una oposición zigzagueante, es el principal punto de apoyo para el protagonismo de la sociedad civil, mientras las organizaciones partidistas pasan por el requisito de autenticarse y hacerse útiles. ¡Todos con Edmundo!
Trocitos…
– “Hay que decirlo sin rodeos: Estamos ante un esquema perverso de colapso de la sociedad venezolana que nuestros padres y nuestros abuelos ayudaron a construir. Sin embargo, hay que reivindicar -eso hace Provea- el hecho que tenemos un país que no se cansa de levantar, no se cansa de luchar…” Licenciado Oscar Murillo, director general, en presentación de la organización no gubernamental venezolana del Informe especial, edición 35 y balance Maduro una década oscura para los derechos humanos, 30 de abril.
