domingo, 9 febrero 2025
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Edmundo González con los trabajadores de Guayana

González Urrutia cerró el encuentro con un discurso, mesurado y respetuoso, breve pero cargado de contenido, sin estridencias ni obscenidades, y mostrando que conoce la lamentable situación de las empresas básicas y la de sus trabajadores.

Es una campaña electoral constreñida por los cálculos de la élite dominante, que no acepta la posibilidad de dejar el poder. Porque los izquierdópatas no gobiernan, sino que se apropian de los países, que convierten en feudos y hacen de los recursos, erario y hacienda, un botín a su absoluta disposición. Luego, desmantelar la institucionalidad es un tiro al piso, que les resulta muy fácil gracias a que el funcionariado está, incondicionalmente, a su servicio. La independencia de poderes es para ellos un chiste, propagado por un individuo conocido como el barón de Montesquieu, un ilustrado cuyo nombre real es Charles-Louis de Secondat (1689-1775).

Los poderes tradicionales -ejecutivo, legislativo y judicial- son mansos subordinados de la cúpula. Imagínense los pergeñados por los caprichosos designios de un iluminado, como son el poder moral y el electoral. De este último es imperativo hacer un registro de sus ejecutorias y ejecuciones. Envueltas en todo tipo de sospechas: desde el registro, pasando por la automatización índrica, hasta los resultados -siempre irreversibles- que el reptor de turno difunde, y que impepinablemente, les han dado el triunfo a los dos únicos candidatos oficialistas de estos últimos 25 años.

Los nombramientos que el régimen ha hecho en el CNE han generado desconfianza nacional. Hasta al más ingenuo y cándido de los habitantes de este país les da muy mala espina. La duda y la incredulidad no pueden evitarse. Pero también es consciente que puede hacer muy poco, frente a las imposiciones dictatoriales de la cúpula, que exige incondicionalidad total de sus sumisos acólitos.

Digo todo aquello para poner sobre la mesa lo que podemos ver -muy por encima- en materia de obstáculos, dificultades, trabas, trancas y trampas que debe sortear la oposición. Mientras que los rectores del CNE son serviles fiscales de tránsito, que le dan vía libre a todas las arbitrariedades que tengan a bien cometer los dueños de Venezuela, para ganar elecciones y perpetuarse en el poder.

Es un camino lleno de espinas al que los demócratas se han tenido que enfrentar durante dos décadas y media. Muchos han sido perseguidos y se han visto obligados a escapar, otros están presos y un considerable número de venezolanos ha muerto sin haber tenido la dicha de ver libre a su patria. Por todos ellos bien vale el esfuerzo, el compromiso, el fervor y la valentía que el liderazgo opositor despliega en esta lucha tan desigual y asimétrica.

Como la de David contra Goliat. Sólo que en esta oportunidad una fuerza dual -femenina-masculina, juventud y madurez- ha potenciado el deseo profundo de cambio que se ha desencadenado entre los venezolanos. Hermeneutas de estos tiempos que nadie imaginó, les correspondió ser intérpretes, tomar el toro por los cachos y actuar en consecuencia. Es así como María Corina Machado y Edmundo González Urrutia han conformado un equipo que ha unificado al país.  

Unificar a los venezolanos ha sido un logro fundamental que ha convocado a todos los sectores de la sociedad. Entre ellos a los trabajadores de Guayana, tanto de las empresas básicas, como los docentes de educación media y universitaria, los de la salud, etc. Los mismos que planificaron un encuentro con el candidato Edmundo González, que se realizó el 30 de junio en la Plaza Chipía de Los Olivos.

Una energía vigorosa circulaba entre los miles de asistentes que se congregaron en aquella plaza, mientras escuchaban las voces de sus líderes. Hablaron en representación de los trabajadores: Pedro Acuña, Luis Guzmán, Ramón Bejarano, Fidel Brito, Hugo Medina, Luis Medina, Aida González, Fernando Serrano, Maritza Moreno, Isnardo Rodríguez, Rubén González, José Alcocer, Oswaldo Méndez, César Soto y Raúl Brito.

González Urrutia cerró el encuentro con un discurso, mesurado y respetuoso, breve pero cargado de contenido, sin estridencias ni obscenidades, y mostrando que conoce la lamentable situación de las empresas básicas y la de sus trabajadores. En tanto, una inusual cantidad de periodistas seguían, con evidente interés, las palabras del candidato, que luego fueron difundidas orbi et orbi.

Debo decir que la palabra más repetida entre los asistentes fue libertad. Un coro de voces se unió para repetir aquel vocablo que simboliza la esencia de la vida. Por eso Cervantes dejó dicho que “la libertad es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos. Con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra, ni el mar encubre”.

Agridulces

En Cumanacoa ocurrió una tragedia, cuya magnitud ocultan espurios intereses cupulares. Lo que no pueden esconder es su desidia, indolencia y corrupción: tres aspectos de la nequicia y protervia que caracterizan a este régimen castrocomunista.