Destrucción y paralelismo han signado las macabras ejecutorias de esta tiranía saqueadora con vocación de exterminio. Otro razonamiento nos lleva a colegir que el paralelismo precede o es simultáneo a su propósito central de demolerlo todo. En estas dos décadas hemos sido la audiencia silenciosa y temerosa frente al tsunami socialista que ha devastado lo que ha encontrado a su paso. Las instituciones democráticas, los logros civilizatorios, los avances científicos, la masificación de la educación, los avances en materia de salud, la movilidad social ascendente y un cierto estado de bienestar a la que tuvo acceso la ciudadanía, fue liquidado por esa plaga que engañó y engatusó a una nación completa.
Los vulcanólogos comunistas sabían que ciertas capas tectónicas de la sociedad estaban en movimiento, y allí llegaron para impulsar y capitalizar la erupciónque lo ha incinerado todo. Lo primero fue la cremación de los cimientos de la democracia en el imaginario colectivo. En ese desierto quedaron las cenizas de los partidos y el emplazamiento de la antipolítica, como paso previo para resolver entuertos y dificultades de toda índole, gracias a los poderes infinitos de un líder intergaláctico.
El elegido ascendió al olimpo para dinamitar lo que quedaba. Refrendó su Código de Hammurabi en 1999 para imponer una dictadura sin límites, para hacer lo que sus ganas y caprichos le indicaran en sus noches de insomnio y paranoia. Una corte de serviles trasnochados tenían la tarea de cumplir órdenes sin chistar. Algo que hacían henchidos de placer, entre otros, el poeta Isaías Rodríguez de principios de siglo, el académico Héctor Navarro antes de convertirse en originario, Jorge Giordani después de salir del Cendes, JV Rangel o Luis Miquelena. Todos obsequiosos, rendidos y obedientes.
Una de las tareas iniciales fue imponer con la contundencia del poder y de los petrodólares estructuras paralelas en áreas de gran importancia como la salud y la educación. En el 2003, con la inestimable intervención del castrismo, meten a los venezolanos en la misión Robinson, para erradicar el analfabetismo. Por supuesto, que el éxito fue total y la Unesco dijo amén, De esta manera fue tirado al basurero Acude, aquel programa ejecutado por voluntarios, que si fue eficiente, alfabetizaba de verdad y sin corrupción.
Desde la cúpula se impusieron -siempre tutelados desde la metrópoli cubana- otras misiones, como la Rivas o la Sucre. La educación superior también fue “paralelizada” mediante la UBV, la Unefa y otras piraterías académicas, que siguen titulando mediocridades con un fuerte anclaje en la doctrina marxista. De tal suerte, que los galenos comunitarios saben más de lucha de clases o de dictadura del proletariado que de anatomía o fisiología.
También en 2003 se instala barrio adentro y vemos erigirse unas estructuras poligonales de pequeño formato, en conglomerados carenciados del territorio nacional. Lo cierto es que BA aventó a presuntos matasanos cubanos a la patria de Bolívar. En realidad, un ejército de ocupación sin uniforme militar, encargado de penetrar los sectores más vulnerables de la sociedad para ideologizarlos, tal como lo han denunciado muchos de los que huyeron de esta forma de esclavitud comunista, hoy procesada en La Haya. Este esperpento pretendió sustituir el sistema de salud existente en Venezuela desde el siglo XX. Lo destruyó sin llegar a reemplazarlo.
El paralelismo ha sido implantado en alcaldías y gobernaciones donde algún opositor ha ganado elecciones. De inmediato la macolla le mete entre pecho y espalda a un “protector”. Con poderes plenipotenciarios para perpetrar el boicot que le instrumentan al elegido democráticamente. No se salvó tampoco el legislativo, con la fraudulenta elección de una ANC, padroteada por el hijo ilustre de El Furrial, quien decide a mazo limpio la libertad, la vida o la muerte en este socialismo humanista y feminista.
2019 llegó con paralelismo democrático, Hoy es la Asamblea Nacional la que, constitucionalmente, se ha convertido en un poder real en Venezuela, avalado por más de 50 países, reconocido por organismos multinacionales y, especialmente, por la mayoría de los venezolanos. Por vez primera en 20 años se resquebrajan las bases de esta tiranía castrocomunista, a la que le quedan las armas de unos militares corruptos y desprestigiados, los órganos de represión, los colectivos y la subversión mundial.
Agridulces
La sempiterna ministra del minpopo de servicios penitenciarios ha gritado en los micrófonos hegemónicos de la información socialista, que su gestión ha sido reconocida como una de las más exitosas en el planeta. Tanto que buscan copiarla en otros países. ¿El éxito incluye a los pranes y al incontable número de muertos en las cárceles de Iris Varela?