viernes, 14 febrero 2025
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Curva final

La verdad palpable es la voluntad popular que se manifiesta en todas las localidades del territorio nacional de forma espontánea e incontenible, y por tanto la élite está totalmente desaforada y asustada: como perro en patio de bolas.

                  Hasta el final vamos con todo

La frase fue felizmente completada por alguien que normalmente sufre de incontinencia verbal negativa, sin darse cuenta y por enfatizar su pensamiento dio armas al adversario. Cualquier publicista novato se puede dar cuenta de la pifia tan pedestre y desafiante abonando la posición propia a la contraria. Es divertido apreciar cómo se puede pisar UNA… sin querer queriendo, por ser destemplado y poco serio.

Realmente, si el régimen durmiera tranquilo no tendría que preocuparse ante los electores del próximo gobierno democrático que viene en camino como un gran alud que se llevará por delante lo que queda de los lustros ruinosos del sacialismo (sic).

No hay duda de los movimientos espasmódicos del poder actual para desestimular a la gente, al amedrentar, asustar, intimidar, acosar, son acciones efectistas de muy poco alcance, pero dañan a muchos luchadores sociales resaltantes. Ya el pueblo no come cuentos ni cree en pajaritos gestando, y por tanto el aguante se impacienta en desbocarse sin freno hacia cualquier solución razonable que sirva sus propósitos de aliviar la vida en lo económico y en la fundamental aspiración de vivir una verdadera libertad sin el disfraz tan usado por el comunismo y sus secuaces para embaucar a todos aquellos que compran fantasías y milagros terrenales. Es de recordar aquello de Einstein: “la estupidez es infinita, como el universo; de lo primero no tengo duda”.

Es indudable que la estupidez vernácula entró en una fase altamente fluctuante, pero con una vocación de reivindicarse al precio que pongan, con tal de salir de las tinieblas.

Para este momento histórico, la nación entera está volcada a disfrutar una epifanía esperada ansiosamente desde siempre, aunque no se haya percatado ni previsto el horrible experimento al que ha sido sometido, tal como animales de laboratorio.

El estamento en el poder manipula y tergiversa todos los acontecimientos políticos.

Ahora, de manera torcida, le dan vuelo a una ficha difuminada de su elenco, tratando de hacerlo protagonizar en su estado y en el país a través de una cantidad de trabajos y servicios que nunca fueron tomados en consideración ni priorizados jamás. Aunado a eso impulsan el apoyo de alguien desprestigiado desde hace años, cuando en lugar de embraguetarse, decidió hacer bailoterapia.

Se acercan elecciones inevitables, salvo circunstancias urdiendo, y seguramente no se les escapa a muchos los numerosos recursos invertidos en el Estado petrolero, desde hace poco tiempo. ¿Muestra de diligencia local, para trasladar la idea a todo el territorio venezolano cuando emerja como pretendiente al trono?

Aparte de la estrategia edulcorada para el pueblo, el poder conforma un CNE a su imagen y semejanza. Son tan descarados que lo bautizan con el nombre de la presidente anterior que tantos favores dispensó durante años. Del nuevo, esperan hasta lo imposible.

La verdad palpable es la voluntad popular que se manifiesta en todas las localidades del territorio nacional de forma espontánea e incontenible, y por tanto la élite está totalmente desaforada y asustada: como perro en patio de bolas.

El disloque lo produce, básicamente, una sola persona en el horizonte, quien no parece aspirar a ser líder absoluto de la oposición, sino solamente artífice y herramienta para el desalojo de los indeseables inquilinos que ocupan arbitrariamente la sede del poder. En resumen: canalizar la anarquía existente, transitoriamente.

No es comprensible la falta de unidad de criterio en el concepto tan simple como la navaja de Ockham: a la hora de resolver un problema, se debe optar por la fórmula más sencilla. Eso es lo que quiere el pueblo que exterioriza su deseo notoriamente en cada visita de la única persona que hace vibrar, ¿o no? ¿Y cómo se inhabilita el albedrío de los ciudadanos?

Vamos con todo hasta el final.

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