viernes, 29 marzo 2024
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Cortos de junio: del espectáculo

No sé si el público de hoy podría siquiera comprender las situaciones de ellos, pero aun así, sería encantador saber más de sus historias.

Greta y Josephine

El documental Espías en Hollywood (2017) cuenta que después de la CIA desclasificar los archivos de la antigua OSS, organismo de inteligencia de los EE UU en los años cuarenta, se supo qué artistas fueron espías durante la segunda guerra mundial. En la lista aparecen Marlene Dietrich, Cary Grant, Greta Garbo, Josephine Baker y otros menos conocidos. Se destacan Greta y Josephine por el coraje y el impacto que tuvieron en sus operaciones.

A Greta la ayudó su aurora de misterio que supo usar para esconderse. No era vacía su imagen de mujer enigmática. Fue amiga de la familia real sueca, y logró que el rey Gustavo aceptara una importante cantidad de refugiados judíos de Dinamarca, incluido el físico Niels Bohr, quien una vez en los Estados Unidos contribuiría con el proyecto Manhattan. Greta igualmente se codeó con los potentados sospechosos de contribuir con la Alemania nazi, a quienes los espió como toda la actriz de cine mudo que era. Una suave piel de hierro debió haber tenido la legendaria actriz, quien es el rostro espléndido de los billetes de cien coronas suecas.

Y del lado de la resistencia francesa estuvo la talentosa cantante y bailarina francesa-americana Joséphine Baker, quien no bajó la guardia ni en Europa ni en África ni en los Estados Unidos, cuando después de la guerra se unió a la lucha por los derechos civiles. De gran destreza fue esta mujer quien debió pasar por diferentes alcabalas europeas, llevando mensajes encriptados y comprometedores dentro de su ropa interior. De sudar frío, seguro, pero Baker lo hacía como si estuviera saltando de un lado a otro en el escenario.

La historia sobre ellos aparece en un documental, pero le queda a uno la sensación de ver esa segunda cara de sus vidas en el cine. Estoy segura de que hay actrices que podrían interpretarlas con gran inspiración, pero no soy optimista con los estudios y la frivolidad del showbiz. No sé si el público de hoy podría siquiera comprender las situaciones de ellos, pero aun así, sería encantador saber más de sus historias.

Post scriptum sobre Johnny y Amber

Han pasado los días después del juicio de Johnny Depp y Amber Heard y aún creo que lo más sensato es no tomar partido por ninguno. El problema crucial es la influencia de los medios, que inevitablemente acusan y dejan un sabor tan amargo, que el linchamiento y la desmesura desplegada a través de las redes se hace insostenible. A Johnny le costó su carrera, ahora le toca a Heard.

Por no mencionar que, si los prejuicios asociados al movimiento MeToo condenaron a Depp, los prejuicios milenarios contra las mujeres lo hacen ahora contra Amber Heard. Me explico: la verdad yo he sido fan de Depp por varios años. Es Johnny un actor encantador y disfruto con sus trabajos en la pantalla grande, y en el juicio me ha parecido muy tranquilo a lo Marlon Brando, pero una cosa distinta es presenciar sus adicciones. Por otro lado, fue horrible ver cuán bruja de Blancanieves se veía Heard cuando le respondía a la abogada de Depp. Y a pesar de que estoy clara en que la mujer tiene derecho a defenderse, el problema es que es casi como caminar por la cuerda floja. En el caso de Heard, recayó sobre ella esa expectativa que hay sobre las mujeres, que si tienen que ser tiernas, parecer tontas para no levantar sospechas, hablar siempre bonito, no ponerse viejas… ¡Ay, Amber!, si en la vida diaria no podemos ser imperfectas, imagina tú que tienes los tornillos aún más flojos que los de Johnny.

¿Y qué se esperan los estudios de ellos, ellos, quienes justamente han alimentado los peores ambientes para esos actores? ¿Quiénes son para juzgarlos? ¿Por qué los despiden? Hay personajes para cada tipo de actor. A Johnny le pudieron haber propuesto un trabajo al estilo enigmático y paradójico de un Jeremy Irons, o a Amber le podría calzar un papel de esas mujeres inmisericordes de Tarantino. Se me ocurre, quién sabe, que la pueden necesitar para cualquier filme futuro sobre la insurrección del 6 de enero en el Capitolio. Aguántenla que ella tiene su sustancia, ¡no la boten, por favor!