domingo, 12 enero 2025
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Carta a un parlamentario

En estos eventos es significativo decir, por ejemplo, que la república de Venezuela nació en 1811. Porque hay un San Benito de los filotiránicos de que a lo mejor no estamos preparados para la democracia, que si no nos gusta la libertad y otros desaguisados.

El siguiente texto fue dirigido al Parlamento de Suecia:

Muchas gracias, Magnus Berntsson por escucharnos hoy como miembro del Parlamento de Suecia por el partido demócrata cristiano. Ante usted apelo al cristianismo que es en sí mismo una ciudadanía, una de compasión y orden ético.

Es larga la historia de los presos políticos en Venezuela desde la época de Chávez hasta el día de hoy, y es larga también la indiferencia o cansancio del mundo ante ella. Al régimen le ha sido muy útil tener presos políticos. Por un lado, negocian su liberación a cambio de mantenerse en el poder, mientras por el otro engañan al encarcelar a más políticos y periodistas. El resultado es que las organizaciones internacionales se cansan de presionar mientras que en nuestro país continúan los abusos y crímenes contra los ciudadanos, el ambiente y el acervo cultural. Hoy en día, el objetivo del régimen es cansar, y ¿por qué les es fácil retrasar y cansar?

Es fácil ayudarnos a recuperar nuestra democracia. Hicimos lo que parecía imposible, ganamos las elecciones y lo comprobamos gracias a los ciudadanos que pusieron a riesgo sus vidas para resguardar las actas electorales. Hace más de diez años derrotamos la polarización y ahora el miedo. Nuestro país no es suelo de odios ni étnicos, ni religiosos, porque tenemos una hechura histórica y antropológica que propicia la tolerancia. Incluso, este régimen trató de sembrar odios ideológicos y no pudo. No tenga duda, tenemos mentalidad democrática. Nuestro país nació como república liberal en 1811 bajo la influencia de la ilustración europea. Aunque hemos tenido un militarismo dañino, también hemos construido gobiernos democráticos exitosos en el pasado. Tuvimos éxitos modestos en la educación pública y en el desarrollo de nuestra economía. Sin embargo, esto lo sabe poca gente. 

Para ayudarnos sólo se necesita la voluntad política de resolver el problema. Es una decisión de relativo bajo costo que daría una gran victoria a quien la haga posible. Sin embargo, creo que el cansancio se debe a muchos malentendidos sobre quiénes somos. Somos un país periférico que no responde directamente a los intereses geopolíticos y comerciales de Europa. Por otro lado, Estados Unidos ha subestimado la importancia de una paz real en su propio hemisferio, lo que ha resultado en severos problemas fronterizos para ellos. Los organismos mundiales como la Corte Penal Internacional no son tan mundiales. Por ejemplo, aunque el Gobierno argentino es beligerante en casos de la Corte Penal Internacional y pidió la detención de Nicolás Maduro, el juez de La Haya trata al régimen venezolano como a políticos tradicionales normales. Su discurso blando es inconsistente con el asedio del régimen de Maduro a la Embajada argentina que protege a seis refugiados políticos.

Por último, creo que los delitos ambientales pueden persuadir a sus ciudadanos y a su parlamento. Igual es menester decir que los habitantes locales han sido envenenados por la devastación de la minería de oro. Recuerden, cada día que pasa, hay un prisionero torturado, asesinado, una familia destrozada, una persona vulnerable que huye del país y se enfrenta a todo tipo de peligros. La justicia está tardando demasiado.

Nota: En estos eventos es significativo decir, por ejemplo, que la república de Venezuela nació en 1811. Porque hay un San Benito de los filotiránicos de que a lo mejor no estamos preparados para la democracia, que si no nos gusta la libertad y otros desaguisados. Esa es una partida de nacimiento que no se puede quedar en los libros de primaria. A veces hay que usarla.