Escuché en la radio algunas canciones infantiles a las que puse particular atención porque es un género que carece de espacio en su programación. Todas las emisoras definen un estilo musical que busca ser una marca, un sello, para garantizar la fidelidad de la audiencia e imprimirle un cierto caché tanto a la empresa como a sus oyentes. Debo decir que la música en inglés reina, ampliamente, en la citada emisora. Pero al final de la madrugada la computadora está cargada con algunas piezas venezolanas con arreglos de Antonio Lauro, y otras de Henry Martínez, Yordano, Franco De Vita, Hernán Gamboa, Simón Diaz, Guillermo Carrasco y grupos de rock nacional como Caramelos de Cianuro, Amigos Invisibles, Aditus, entre otros. Cero reguetón, algo que se agradece.
Cuando llega el mediodía en Unión Radio se escuchan canciones que vienen repitiendo desde hace bastante tiempo. Entre ellas las piezas infantiles referidas, cantadas por Iván Pérez Rossi y Natalia Díaz: Doña mosca y don mosquito, Tu libro, El niño Simón Bolívar, El viento y El poeta. La verdad es que no me fastidia escucharlas casi a diario, porque son excelentes composiciones, buenos arreglos, y magníficas interpretaciones. Los autores de las letras deben ser destacados, pues son poetas y escritores de renombre, como Rafael Salazar, Jesús Rosas Marcano, Manuel Felipe Rugeles, Ernesto Luis Rodríguez, autor de la letra del himno de la UNEG y de otras universidades e instituciones, y el propio Pérez Rossi.
No es Serenata Guayanesa, pero es su voz más característica. Quise conocer el disco y, claro, no hay tiendas donde comprarlo. Así que hice algunos contactos y en unos meses tuve el CD en mis manos. Es un tríptico que cuenta con la producción general de Pdvsa La Estancia. Primorosamente “producido” con un diseño gráfico del propio cantante y con la participación de músicos como Cheo Hurtado, Julio Méndez, Cheíto Rodríguez, Roldan Peña, William Troconis, Jesús y Brenda Rengel, José R. González, Javier Marín, et al.
Son 16 canciones y entre sus otros creadores están poetas internacionales como el español Miguel Hernández o el alemán Berltol Brecht, pero también están Olga Paesano, y Henry Martínez. Giramundo se llama el disco y “es un viaje mágico que aspira elevarnos al mundo de la infancia… Lo importante es darle contenido a la canción infantil y trasmitirle a los niños una música que les enseñe a imaginar jugando, sin recurrir a expresiones poco profundas y carentes de sentido”.
La difusión de este trabajo sólo puede darse mediante una buena distribución en maternales, preescolares y escuelas primarias, algo que es posible gracias a que cuenta con el apoyo oficial de Pdvsa. Este disco fue grabado en 2015 y empezaron a radiarlo en Ciudad Guayana hace dos o tres años. Seleccionaron 5 de las 16 canciones incluidas en este CD.
Una de las más difundidas es El Poeta de Iván Pérez Rossi, inspirada en Aquiles Nazoa. Es un merengue que rescata aspectos de la vida de este multifacético venezolano. Inicia con las Cosas más Sencillas, que fue el nombre de su programa de TV, sigue con el Credo de Aquiles Nazoa, -como lo conocemos- que es esa oración laica que cohesionó a mucha gente en torno al talento único de quien fue tan querido por tantos venezolanos. Musicaliza el gran amor entre la cantante lírica sueca Jenny Lind y Hans Cristian Anderssen, que marcó el afecto de generaciones. Cada verso conecta nuestra memoria con algo de la vida o de la creación de Aquiles.
Al escucharla tantas veces resulta inevitable que te detengas en el contenido. Fue lo que me pasó cuando oí aquello de “la pobreza lo arrulla/ella es su amiga/felices van/. Recurrí al pequeño folleto con las letras de las canciones para confirmar lo que escuchaba. Ignoro si esto forma parte de algún texto de Aquiles Nazoa, pero puedo decir que Aquiles y su familia hicieron todo lo posible para salir de la pobreza, y lo lograron. Por eso dudo que aquella lo arrullara, porque la pobreza es una maldición que jamás podrá ser un canto de cuna para ningún niño del mundo: ni ayer, ni hoy ni nunca.
“Ella es su amiga/felices van”. Ella, la pobreza, es presentada como una madre generosa -en la entrega desinteresada de la amistad- que es lo que promueve esta linda canción. Para lo cual se instrumentaliza tanto la música como a Aquiles Nazoa, con el fin de impactar al imaginario infantil con una visión magnánima y buenista de la pobreza. ¿Qué sentirán los pobres niños venezolanos al oírla, atenazados por el hambre, las enfermedades, la violencia, la falta de educación, la soledad y el más doloroso y cruel de los abandonos?
Agridulces
Lo que perpetró Gustavo Duque contra los jóvenes que le rendían un homenaje a Neomar Lander es imperdonable. No sólo los detuvo, sino que los entregó a la Dgcim. Para este Duque que reina en Chacao estos muchachos son unos vándalos.