miércoles, 11 diciembre 2024
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Alacranizar los partidos políticos

Barrer los partidos políticos opositores o alacranizarlos para hacerlos sus peones, es fundamental para esta tiranía. Por eso no tienen ningún escrúpulo al utilizar “su” justicia para lograr sus objetivos.

Los venezolanos son inteligentes, vivaces y acuciosos, lo que aderezan con el condimento de una saludable y necesaria desconfianza. Combinación que ha permitido surfear la devastadora ola del socialismo del siglo XXI. Un verdadero tsunami que ha destruido todo cuanto encuentra a su paso. Quedan los escombros de un país, las ruinas de una nación, un territorio desolado, una patria hundida, una tierra arrasada y un Estado macrocefálico en bancarrota. Pero sobre este desastre se levanta el venezolano. Que después de vencer la ciega fascinación que demandaba un liderazgo mesiánico, se vio obligado a pasar por encima de aquel embeleco y también del miedo, del terror y hasta del horror que el régimen socialcomunista instauró como mecanismo perverso de control.

La adversidad ha llenado de fortalezas inimaginables a los nacidos en este rincón del planeta. Una de ellas es haber entendido el valor de la duda y lo necesaria que es la suspicacia, cuando se trata de decodificar la narrativa de la élite dominante. Incluida la prosa poética del fiscal mirmidón, con el perdón del pueblo de hombres hormigas de la mitología griega, que luchó bajo las órdenes de Aquiles, el de los pies ligeros.

La cúpula evade la calle del medio de la verdad. Ha preferido los ignominiosos y alevosos caminos de la mentira, porque su propósito siempre ha sido desinformar para confundir. Sus ejecutorias están nimbadas por esa nube oscura del engaño, que todo lo malea y enmaraña. En esa línea de enrevesadas y siniestras acciones se inscribe lo que han hecho contra los partidos políticos.

No creo que nadie se deje engañar, pero me parece oportuno reseñar lo que la cúpula ha perpetrado contra estas organizaciones. A las que ha instrumentalizado, dividido, penetrado y controlado. Que el venezolanismo “alacranizar” sintetiza con mucho tino. Pues, es lo que ha hecho el cogollo despótico para apropiarse de las siglas, las sedes y hasta de una cierta dirigencia, dispuesta a venderse por mucho más que un puñado de dólares.

El partido único es propio de las dictaduras zurdas y los partidos políticos -de variadas ideologías- sostienen a las democracias, como la que existía en Venezuela hasta 1998. El socialismo del siglo XXI hundió aquella democracia que sumaba cuatro décadas, y sobre sus ruinas quiso imponer su revolución castrocomunista. Desde entonces se ha dado una batalla entre un pueblo que, todavía preserva en su ADN una cultura democrática, y un régimen comunista que no cree en aquello, pero que se ha valido de recursos democráticos -como el voto- para perpetuarse en el poder.

Barrer los partidos políticos opositores o alacranizarlos para hacerlos sus peones, es fundamental para esta tiranía. Por eso no tienen ningún escrúpulo al utilizar “su” justicia para lograr sus objetivos. Por ahora, han sido intervenidos 17 partidos políticos. En los ucases -emitidos por el tribunal de suprema injusticia (TSJ)- se ordena que las juntas directivas de los partidos políticos sean suspendidas, expulsadas y sustituidas por quienes imponga el TSJ. El paso siguiente es la entrega a otra directiva sometida por la cúpula, que tiene el noble propósito de “fomentar la democracia interna”, como la que se practica en el PSUV.

Los partidos judicializados son: Podemos en 2012, Movimiento Electoral del Pueblo (MEP), fundado por Luis Beltrán Prieto Figueroa, gran maestro venezolano. Copei en dos oportunidades -2015 y 2019- fue objeto de las arbitrariedades de los órganos de justicia, al igual que Bandera Roja en 2012 y 2020. Tampoco escaparon del largo brazo de la justicia del horror: PCV, Acción Democrática, Primero Justicia, Voluntad Popular, Tupamaro, Patria para Todos, Compai, Nuvipa, Movimiento Republicano y hasta el Movimiento Ecológico. El único partido impoluto e inmaculado es el PSUV, al que buscan canonizar.

Pero -¡oh sorpresa!- los partidos judicializados o intervenidos postularon candidatos. Como ese héroe del más depurado alacranato llamado José Brito, cuya foto aparece en la boleta electoral como candidato de PJ y PV. Otro es Luis Eduardo Martínez, excelso académico y exgobernador de Monagas, a quien le entregaron “el apoyo” de las siglas de AD y Copei. Antonio Ecarri -sesudo intelectual al que no le toman en serio sus llamados a debatir- estuvo muy complacido cuando el TSJ le endosó las tarjetas de Min-Unidad, Avanzada Progresista y Movimiento Ecológico. Daniel Ceballos, ex preso de este régimen y en pleno disfrute del síndrome de Estocolmo, recibió con beneplácito la tarjeta de Voluntad Popular, mas no el respaldo de su militancia.

Agridulces

Los viejos decrépitos, que han logrado sobrevivir a la pesadilla del socialismo del siglo XXI, trabajaron un mínimo de 25 años. Muchos son egresados universitarios, logro que no pueden acreditar algunos de la cúpula, quienes pasaron menos tiempo que Greta Tunberg en un salón de clases, y han trabajado menos que los vestuaristas de Adán y Eva.