sábado, 8 febrero 2025
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Adolescentes e indefensión

Mes y medio sin libertad es una tragedia para cualquier mortal, pero para muchachos entre 13 y 17 años la experiencia es profundamente traumática. Si a estar tras las rejas sin haber cometido ningún delito, se añaden las condiciones físico-ambientales de una prisión venezolana.

La indefensión de un adolescente dentro de una cárcel es algo que no puede explicarse con palabras, así como el dolor de una madre frente al sufrimiento del hijo. Privado de su libertad, alejado de sus afectos, amigos, hermanos, familia, estudios, trabajos, y sometido a los vejámenes más brutales en el interior de una prisión socialcomunista. Que no las hay peores, como lo demuestra la historia. Confieso que, aun sabiendo que la maldad de la élite no tiene límites, jamás imaginé que setenta muchachos serían sacados de sus hogares o cazados en las calles, para encarcelarlos sin justificación alguna, y sin los debidos procesos.

Este hecho por sí solo es una prueba concluyente de la calaña de este régimen -una tiranía en toda su nefasta extensión- que no respeta a niños inocentes. Tampoco tiene el menor escrúpulo para instrumentalizar la vida de los habitantes de este ex país, al convertirlos en reclusos-rehenes que subsisten en una enorme “cárcel del miedo”. En la que están presos unos 30 millones de cuerpos desnutridos en 916.445 km2. Muy grande -no tanto como lo fue la URSS o lo es la China de hoy- pero sí más parecida a Nicaragua, Corea del Norte o Cuba.

En todo caso, en estos 25 años la élite ha copiado al pie de la letra lo que sus ductores le han dejado como aprendizaje, desde la escuela del castigo socialcomunista. Cuyos contenidos incluyen materias obligatorias como: persecución, coerción, hostigamiento, coacción, aprehensión, detención, castigo, tortura. Asignaturas impuestas a la población que debe formarse para soportar todo tipo de arbitrariedad.

Nadie escapa. Somos observados y estamos vigilados, como en un panóptico. Controlan las comunicaciones. El seguimiento es silencioso, pero eficiente. Siempre bajo la conducción del G2 cubano, que acumula 65 años de experiencia, en lo único que han hecho realmente bien, para perpetuar una tiranía dinástica en Cuba. Tienen sólidos conocimientos en eso que llaman inteligencia, espionaje y contraespionaje, que mercadean y venden a sus colonias a precio de oro.

A algunos nunca los pierden de vista, los tienen marcados y los siguen y los persiguen, los amedrentan y a muchos los detienen, como ha ocurrido desde que caímos en la trampa zurda que nos tendieron. Como en toda dictadura los presos políticos están en las ergástulas, sometidos a martirios, tormentos y sufrimientos de toda índole. Se ha documentado una larga lista de formas de tortura, que son expresión de la creatividad con la que infligen dolor y sufrimiento a la disidencia democrática.

Hasta ahora los adolescentes no habían activado la paranoia cupular. Pero desde finales de julio son también objeto de la sevicia de la élite. Esa que decide cuál es el enemigo del momento, al que es oportuno dispensarle un castigo ejemplar en las cárceles, administradas por el socialismo del siglo XXI.

Todo ha sido de terror como dicen los propios chamos. La primera cifra fue de 142 carajitos, que fueron detenidos en sus casas, otros fueron aprehendidos en operativos policiales específicos y a otros los secuestraron en protestas. De manera indiscriminada se hicieron estas redadas, en las que “cayeron” hasta jóvenes con problemas de salud.

Mes y medio sin libertad es una tragedia para cualquier mortal, pero para muchachos entre 13 y 17 años la experiencia es profundamente traumática. Si a estar tras las rejas sin haber cometido ningún delito, se añaden las condiciones físico-ambientales de una prisión venezolana, la comida con gorgojos y gusanos, sin agua ni electricidad, más los malos tratos que prodigan los carceleros, aquello es un verdadero infierno. Además, durante este tiempo les han impedido ver a sus familiares, y los han torturado de mil maneras, como sólo los esbirros al servicio de verdugos sin piedad saben hacerlo.

¿Qué es fascista les preguntan los jóvenes a sus madres? Porque esa es una de las acusaciones que le hacen los carceleros, que tampoco saben lo que significa fascista. Este es solo un dato que destaco por su extravagancia, que puede provocar una mueca de incredulidad, pero hay otras acciones muy graves y peligrosas. Como que estos muchachos sean juzgados en tribunales con competencia en terrorismo. Tal como ya ocurrió con 16 jóvenes, acusados -vía telemática- de incitación al odio, hurto calificado, resistencia a la autoridad, uso indebido de insignias y uniforme, y de terrorismo, como es costumbre.   

Agridulces

Lo de Elvis Amoroso es una muestra de cómo funcionan las estrategias de desinformación desde la misma macolla. Circulan bulos de todo tipo sobre la desaparición del presidente del CNE. Para algunos está muerto, otros dicen que está en España, y los más escépticos lo sitúan en un hotel 5 estrellas, con sus familiares y su corte de aduladores. Amanecerá y veremos.