El enviado especial de Estados Unidos para la crisis en Venezuela, Elliot Abrams, ha rechazado este martes que el gobierno de Donald Trump esté más cerca de una intervención militar en Venezuela pese a reconocer preocupación por los ejercicios militares en la frontera con Colombia autorizados por el presidente venezolano Nicolás Maduro.
“No. Estados Unidos no está más cerca”, ha asegurado el estadounidense en una conferencia de prensa telefónica desde Bruselas pese a dejar claro que le “preocupa mucho” la situación en la frontera entre Venezuela y Colombia, las “intenciones del régimen de Maduro” con las maniobras militares en la frontera, así como “la presencia del ELN y las FARC” en suelo venezolano, en referencia a las dos guerrillas colombianas.
Abrams, que se ha reunido el lunes y martes con altos diplomáticos de los veintiocho y del servicio diplomático europeo para abordar la situación en Venezuela, ha confiado en que las maniobras ordenadas por Maduro respondan “sólo a un acto político” y no tengan “ningún significado militar o de seguridad”, aunque se ha cuestionado si Maduro busca “aumentar las tensiones”.
“Espero que no estén suficientemente locos para implicarse en ningún tipo de ataque a Colombia”, ha alertado, dejando claro que Colombia contará con “el pleno apoyo americano si ello ocurre”, al tiempo que ha denunciado el “apoyo muy peligroso a grupos narcoterroristas del régimen de Maduro” y “la presencia de figuras de las FARC y del ELN en Venezuela”. “Tenemos inteligencia, información”, ha asegurado.
Respecto a la petición del gobierno del presidente “encargado” Juan Guaidó para convocar el órgano de consulta para activar el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) -la cláusula de defensa colectiva en caso de ataque armado que obliga a asistir a los países firmantes-, Abrams ha dicho que se trata de “hablar sobre las formas” para “integrar mejor” su respuesta a la crisis venezolana y es “incorrecto” pensar que “esto es una acción militar, esto es la invasión”.
Washington apuesta por la presión
El enviado especial estadounidense ha dejado claro en todo caso que “todas las opciones están sobre la mesa” tal y como ha dicho en numerosas ocasiones el presidente Donald Trump, aunque la política de Washington “ahora” se centra en “la presión económica, financiera, diplomática y política sobre el régimen”. “Es lo que estamos haciendo”, ha dicho.
“Hemos pedido a la UE que se una a nosotros para mantener la presión al régimen”, ha subrayado Abrams, que lleva meses reclamando al bloque que imponga más sanciones al régimen de Maduro.
El enviado especial estadounidense ha lamentado que el régimen de Maduro “no quiere abandonar el poder” y ha defendido que se necesita “presión adicional sobre el régimen para garantizar que estas negociaciones que ha estado acogiendo Noruega y que están suspendidas por ahora en algún momento rindan frutos”.
En este sentido, se ha mostrado convencido de que “la UE está a punto de imponer más sanciones” a individuos venezolanos. “Las sanciones funcionan más cuando son multilaterales”, ha esgrimido.
Posibles sanciones contra Rosneft
Abrams ha defendido el impacto de las sanciones estadounidenses a Venezuela y ha asegurado que Washington podría sancionar a la petrolera rusa Rosneft, que “está haciendo mucho dinero” con la venta del crudo venezolano. “No hemos llegado a ese punto todavía”, ha puntualizado sin embargo.
Fuentes diplomáticas reconocen que “el principal mensaje” que el estadounidense ha trasladado a los embajadores de los veintiocho ante el Comité Político y de Seguridad de la UE este martes ha sido la necesidad de reforzar las sanciones al régimen de Maduro, pero admiten que “por ahora no hay gran apetito” por parte del bloque para reforzar las sanciones individuales de forma “inminente”. El bloque insiste en la necesidad de apoyar el proceso de negociaciones auspiciadas por Oslo.