El Gobierno de Nicaragua ordenó la ruptura de las relaciones diplomáticas con el Vaticano luego de las contundentes declaraciones del papa Francisco calificando al régimen sandinista como “grosera” y “hitleriana”. Según confirmó el medio digital Confidencial, el régimen adoptó la decisión unas horas después de que se publicara la entrevista.
Confidencial detalló que la representante del gobierno de Ortega ante la Santa Sede “comunicó verbalmente” la ruptura de relaciones en la Secretaría de Estado del Vaticano.
El papa Francisco fue muy claro durante la extensa entrevista publicada el pasado 10 de marzo en el portal Infobae donde afirmó que existe un “desequilibrio” en el mandatario nicaragüense.
“Con mucho respeto, no me queda otra que pensar en un desequilibrio de la persona que dirige (Daniel Ortega). Ahí tenemos un obispo preso, un hombre muy serio, muy capaz. Quiso dar su testimonio y no aceptó el exilio”, aseveró Francisco desde su residencia de Santa Marta, en la Ciudad del Vaticano, con motivo del décimo aniversario de su papado.
Francisco hablaba de monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, ambas en el norte de Nicaragua, quien hace un mes fue condenado a más de 26 años de prisión por delitos considerados “traición a la patria” y un día después de negarse a ser desterrado por el gobierno de Ortega a territorio estadounidense.
El obispo rechazó subirse al avión que lo llevaría, junto con otros 222 excarcelados políticos nicaragüenses, todos opositores, hacia Estados Unidos, lo que provocó la furia de Ortega, que lo tachó de “soberbio”, “desquiciado” y “energúmeno”.
En su análisis, el papa Francisco agregó que “es una cosa que está fuera de lo que estamos viviendo, es como si fuera traer la dictadura comunista de 1917 o la hitleriana del 35, traer aquí las mismas (…) Son un tipo de dictaduras groseras. O, para usar una distinción linda de Argentina, guarangas”.
Confidencial agregó que “al representante de la Nunciatura en Managua le dieron una semana para irse del país”.
Con la ruptura, Nicaragua ingresó en el grupo de trece países que no mantienen relaciones diplomáticas con la Santa Sede: cuatro comunistas (Vietnam, Corea del Norte, China y Laos) y ocho son musulmanes (Somalia, Omán, Mauritania, Maldivas, Islas Comores, Brunéi, Afganistán y Arabia Saudita), el otro es Bután, un reino budista en el sur de Asia.
De esta manera, Ortega y Murillo pondrán fin a un vínculo diplomático de al menos 115 años, ya que las relaciones entre Nicaragua y la Santa Sede nacieron en 1908. Sin embargo, la convivencia entre los sandinistas y la Iglesia católica de Nicaragua ha estado marcada por roces y desconfianzas en los últimos 43 años.
Monseñor Mbaye Diouf, secretario de la Nunciatura, está al frente de la misión diplomática vaticana -en calidad de encargado de negocios- desde inicios de marzo del año pasado, luego que la dictadura expulsó de facto al nuncio apostólico, monseñor Waldemar Stanislaw Sommertag.
El régimen de Ortega y Murillo le notificó de forma verbal al nuncio apostólico su expulsión de Nicaragua. El sábado 5 de marzo de 2022, la viceministra de relaciones exteriores, Arlette Marenco, le notificó al representante papal que tenía diez días para dejar el país; sin embargo, tras consultas con la Santa Sede, monseñor Sommertag abandonó su misión diplomática al día siguiente por la noche -el domingo 6 de marzo-, sin despedirse de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) o del cuerpo diplomático acreditado en el país.