Al menos 1.030 personas murieron y más de 1.500 resultaron heridas por el terremoto de 6,1 grados registrado la noche del martes en el este de Afganistán. El número de víctimas puede aumentar a medida que avanza la operación de rescate.
El Departamento de Información y Cultura de Paktika aseguró a la agencia de noticias estatal afgana Bakhtar que solo en los distritos de Gayan y Barmal de esa provincia más de mil personas murieron y más de 1.500 resultaron heridas, sin aportar más detalles.
Previamente, un portavoz del Ministerio de Gestión y Respuesta de Desastres afgano, Mohammad Nasim Haqqani, reveló a EFE que en Khost habían muerto 25 personas. En la provincia oriental de Nangarhar fallecieron otras 5.
El seísmo se registró la noche del martes a unos 44 kilómetros de Khost, capital de la provincia homónima, según el Servicio Geológico (USGS) de Estados Unidos, que informó también de una réplica.
Además, en el vecino Pakistán al menos una persona murió “al derrumbarse el techo de su casa debido al terremoto”, dijo a EFE Taimoor Ali, portavoz de la Autoridad de Gestión de Desastres de la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, donde se produjo el suceso.
Cinco helicópteros del Ministerio de Defensa afgano, más de 50 ambulancias y múltiples equipos de trabajadores sanitarios fueron desplegados en las provincias de Paktika y Khost, principales afectadas por el seísmo. La idea es acelerar las labores de rescate y el traslado de heridos a los hospitales más cercanos.
Rescate
El gobierno de los talibanes aseguró que emplea todos sus recursos en las operaciones de rescate, con el envío de asistencia, helicópteros y suministros médicos. También pidió ayuda a las organizaciones humanitarias en el país.
“El Gobierno está trabajando dentro de sus posibilidades. Esperamos que la comunidad internacional y las agencias de socorro ayuden a nuestra gente en esta situación desesperada”, publicó en Twitter el líder talibán Anas Haqqani.
La Cruz Roja Internacional y la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), entre otras, anunciaron el envío inmediato de asistencia a las zonas afectadas.
La OCHA y la ONU “están evaluando las necesidades y respondiendo a los daños tras el terremoto de anoche que se ha cobrado cientos de vidas”. De esta forma lo aseguró el representante adjunto de la Secretaría de la ONU para Afganistán Ramiz Alakbarov.
“La ayuda está en camino”, añadió.
Zona sísmica
La ayuda humanitaria ya era un asunto vital en Afganistán. El país está inmerso en una crisis humanitaria desde la llegada de los islamistas al poder hace casi un año y las sanciones internacionales.
Con escasos recursos, los talibanes tenían problemas para atender las necesidades básicas, y limitadas fuerzas para atender de manera oportuna emergencias de gran escala.
Afganistán suele sufrir terremotos; especialmente, en la zona conocida como Hindu Kush, de gran actividad sísmica y habitual punto de origen de movimientos telúricos en la región.
A mediados de enero, otro terremoto de 5,3 grados sacudió el noroeste de Afganistán, matando al menos a 26 personas, según datos de la ONU. Igualmente, destruyó 800 viviendas, en su mayoría endebles casas de adobe, en diferentes distritos de la provincia de Badghis.
También en octubre de 2015 un sismo de 7,7 grados, con epicentro en el extremo nororiental del país, dejó más de un centenar de muertos en Afganistán y casi 300 fallecidos en el vecino Pakistán, donde se registraron también más de 2 mil heridos.