miércoles, 12 febrero 2025
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Jornadas muy largas son el principal factor de mortalidad en el trabajo

Prevenir los largos horarios laborales, sugiere el informe, requiere un acuerdo sobre los límites máximos saludables de tiempo de trabajo. | Foto EFE

Trabajar más de 55 horas semanales ya está considerado como el principal factor de mortalidad en el trabajo y está vinculado a 750 mil fallecimientos anuales, más de un tercio de los casi 2 millones que cada año están relacionados con el empleo, revela un estudio publicado por Naciones Unidas.

El documento, elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) tras 5 años de investigaciones, también señala la exposición a la contaminación del aire como otro importante factor de riesgo. Está ligada a 450 mil muertes anuales.

Muertes que pueden evitarse

“Estos casi 2 millones de muertes prematuras son evitables”, subrayó en rueda de prensa la directora del Departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la OMS, la española María Neira. Asimismo añadió que tanto el sector sanitario como el laboral deben asumir una responsabilidad compartida para frenar la mortalidad en el trabajo.

Gobiernos, empleadores y trabajadores “deben tomar medidas para reducir la exposición a los factores de riesgo en el lugar de trabajo”. De esta forma lo agregó en un mensaje de video el director general de la OIT Guy Ryder.

El estudio, que utiliza datos previos a la pandemia de la COVID-19 (de hasta 2016), tiene en cuenta 19 factores de riesgo ocupacional. Incluye la exposición al amianto (ligada a más de 200 mil muertes cada año) y en menor medida a sustancias como el cadmio, el arsénico, el berilio, el níquel, la sílice o los formaldehídos.

Según la OMS y la OIT, unas 450 mil de estas muertes anuales son causadas por enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Además, 400 mil fueron accidentes cerebrovasculares, 360 mil se debieron a traumatismos y 350 mil tuvieron como causa una cardiopatía isquémica (estrechamiento de las arterias coronarias).

El estudio concluyó que las muertes relacionadas con el trabajo y ligadas a cardiopatías aumentaron un 41% entre 2000 y 2016. Las vinculadas a accidentes cerebrovasculares crecieron un 19% en ese mismo periodo.

Casos de China y la India

Por países, más de un tercio de los casi 2 millones de muertes anuales ligadas al trabajo en 2016 se concentraron en China y la India (con más de 400 mil fallecidos cada uno). Sin embargo, llaman la atención las cifras de países como Japón (38 mil decesos) e Italia (20 mil), mientras que España supera los 9 mil.

En cuanto a las cifras relativas, no hay un patrón claro por regiones. Corea del Norte tiene la cifra más alta de muertes por 100 mil habitantes, con casi 70, pero ningún otro país supera las 40, según el estudio conjunto de OIT y OMS.

Sí están por encima de las 30 muertes por 100 mil habitantes tanto países en desarrollo (China, India, Bangladés e Indonesia) como economías desarrolladas como Bélgica, Países Bajos, Dinamarca, Italia y Japón. España baja a 19,7 fallecidos anuales por 100 mil habitantes.

En Latinoamérica, los países más poblados fueron también los que registraron mayor mortalidad ligada al trabajo (28 mil en Brasil, 16 mil en México, 9 mil en Argentina y 6 mil en Colombia).

En cifras relativas, las tasas de mortalidad vinculadas al trabajo fueron relativamente bajas en la región. Solo Cuba estuvo cercana a los 30 fallecimientos por 100 mil habitantes. Junto a esa isla, únicamente Argentina y Uruguay sobrepasan las 20 muertes por esa cantidad de población.

Alto costo sanitario, productivo y familiar

El informe, que no hace una estimación sobre el coste económico global de estos fallecimientos, advierte que las enfermedades y traumatismos relacionados con el entorno laboral “sobrecargan sistemas de salud, reducen la productividad y pueden tener un impacto catastrófico en los ingresos de los hogares”.

Por ello, hace un llamamiento a tomar medidas para garantizar lugares de trabajo más seguros y sanos. ¿Cómo? Combatiendo problemas como los horarios laborales excesivamente largos o la contaminación del aire en esos entornos.

Prevenir los largos horarios laborales, sugiere el informe, requiere un acuerdo sobre los límites máximos saludables de tiempo de trabajo. Para reducir la exposición al aire contaminado, se debería controlar mejor la ventilación o el uso de equipos de protección personal.