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Huella digital | Putin: el abstemio embriagado de poder

Se mantiene al mando del Kremlin desde 1999 y desde entonces ha impulsado reformas para concentrar el poder absoluto. Ha encarcelado y perseguido a quienes considera oligarcas, censurado a medios y ha invadido territorios que pertenecían a la Unión Soviética.

No bebe alcohol en el país hogar del vodka, es de religión ortodoxa, practica el sambo y el judo desde temprana edad, tiene una reservada vida privada desde que se separó de su esposa Liudmila Shkrebneva, es abogado y exagente de la KGB (central de espionaje rusa).

Desde que fue nombrado presidente interino en 1999, Vladimir Putin ha gobernado con mano de hierro a Rusia y hoy en día es el principal enemigo del mundo occidental luego de ordenar una invasión militar a su vecino país de Ucrania desde el pasado 24 de febrero.

Putin llegó al poder luego de que Boris Yeltsin renunciara sorpresivamente el 31 de diciembre de 1999, en ese entonces, el nacido en Leningrado hoy en día San Petersburgo hace 69 años se desempeñaba como jefe de gobierno.

Antes de instalarse en el Kremlin, Putin se graduó en 1975 de abogado en la Universidad Estatal de Leningrado, donde hizo la tesis sobre la política del Gobierno de Estados Unidos en África.

Una vez graduado, Putin fue reclutado por la KGB y en 1985 fue enviado a Alemania Oriental. Cuando cayó el muro de Berlín, Putin regresó a la entonces Unión Soviética y se convirtió en asesor del rector de su universidad.

Su carrera política empezó a despegar cuando fue nombrado asesor del presidente de la Diputación de San Petersburgo, Anatoli Sobchak, acusado de planear un golpe de Estado contra el presidente Mijail Gorbachov.

Bajo la tutela de Sobchak fue vicealcalde de San Petersburgo y luego se mudó a Moscú para trabajar directamente en la cartera del mandatario Yeltsin.

En 1998 fue nombrado jefe del Servicio Federal de Seguridad (antigua KGB) y secretario del Consejo de Seguridad Nacional.

Un año después pasó a ser jefe de gobierno y una de sus primeras decisiones fue impulsar la segunda guerra de Chechenia, una acción militar como respuesta a diversos atentados en Rusia acreditados a supuestos terroristas chechenos. La movida bélica que se prolongó por diez años costó la cifra extraoficial de 50 mil muertos.

Primeros pasos

Putin acudió a sus primeras elecciones en marzo de 2000 y ganó con 52,99% de los votos. A los comicios asistieron 11 candidatos y al menos la mitad de ellos denunciaron fraude.

Putin emprendió inmediatamente una especie de cacería contra quienes consideraba oligarcas, argumentando que quienes detentan el poder económico no pueden tener injerencia en la política.

Así fue como dueños de medios de comunicación denunciaron persecución por parte de organismos gubernamentales.

El politólogo Serguei Markov sostuvo que el gobierno de Putin se sostiene sobre el concepto de democracia guiada, el cual consiste en que “los problemas que puedan resolverse por vía democrática se resuelven por ese camino, lo que no se resuelven con otros métodos”.

Su primer periodo de gobierno también estuvo caracterizado por cambiar la letra del Himno Nacional y por el naufragio del submarino nuclear Kursk en agosto de 2000, considerada la peor tragedia de la historia naval rusa. En el accidente murieron los 118 tripulantes de la embarcación. La oposición de entonces acusó a Putin de negligente por no haber aceptado ayuda internacional a tiempo.

Sigue en el poder

Putin fue reelecto para seguir guiando el Kremlin durante el periodo 2004-2008. En ese lapso, Putin propone eliminar las elecciones directas de gobernadores, que ahora pasaban a ser nombrados por el presidente. También se modificó la forma de seleccionar a los miembros de la Duma Estatal o Congreso, quienes serían escogidos por listas o sistema proporcional y no por representación territorial.

En 2007 se llevaron a cabo las elecciones parlamentarias y el partido Rusia Unida, comandado por Putin, se llevó la mayoría con 64,3% de las votaciones. Observadores internacionales, así como miembros de la oposición, aseguraron que los comicios no fueron libres ni justos y que hubo innumerables irregularidades.

En su discurso en el Congreso de entonces, Putin comenzó con el prólogo de su invasión a Ucrania, fustigó a la OTAN y acusó a Estados Unidos de querer incluir a Polonia y a la entonces conocida como República Checa (hoy Chequia) en su plan de escudos antimisiles.

Apeló al delfín

Al no poder postularse para un tercer periodo presidencial, Putin escogió a Dmitri Medveded como candidato a las elecciones de 2008. Medveded fue escogido primer mandatario, mientras Putin fungió como primer ministro.

Medveded y Putin debieron enfrentar la primera crisis financiera y para ello apelaron a las defensas de petróleo y gas en procura de evitar una explosión social.

Las manifestaciones contra el gobierno comenzaron su ebullición con figuras emblemáticas al frente de estas como el ajedrecista Gari Kasparov.

También la represión contra los protestantes tomó lugar y cientos de personas fueron detenidas y acusadas de cargos como conspiración y alteración del orden público.

Vuelve a la cima

Luego de ganar en primera vuelta con el 63% de los votos, Putin regresó a la presidencia de Rusia en 2012, ahora para un periodo de seis años y con posibilidad de ser reelecto, según la reforma constitucional impulsada por su partido. Nuevamente la oposición denuncia fraude e irregularidades en el proceso comicial.

Dos años después de la victoria de Putin se produce la invasión a Crimea, territorio ucraniano. Días antes de la ocupación tuvo lugar un referendo, donde según cifras emitidas por las autoridades rusas, 93% de los pobladores avaló la adhesión de ese territorio a Rusia.

También en el tercer mandato de Putin, el Parlamento aprobó una ley en la que se establecen condiciones para celebrar mítines en territorio ruso y estipula que las “infracciones” serán penalizadas con multas en dinero, cárcel e incluso trabajos forzosos.

Putin se ha deshecho de sus detractores y enemigos internos en Rusia como quien mata moscas en una cocina. Quienes lo desafían terminan encarcelados, muertos, perseguidos o en el exilio. La lista es larga y va desde Boris Berezovsky, quien fue hallado muerto en su casa de Londres hasta Alexei Navalny, quien purga cárcel y ha convocado desde su centro de reclusión a manifestaciones contra el mandatario luego que este invadiera Ucrania.

En Rusia, el solo hecho de hacer un meme de Putin o de su gobierno podría significar la prisión para muchos, por lo que la protesta es sinónimo inmediato de represión y persecución. Sus detractores actúan con mucho sigilo o en la clandestinidad y la mayoría opera fuera de las fronteras rusas.

Hasta los Juegos Olímpicos

En marzo de 2018, Putin es reelecto por cuarta ocasión hasta 2024, año en el que se llevarán a cabo los Juegos Olímpicos de París. En esta ocasión obtuvo un respaldo popular de 76,7%, el mayor en toda su trayectoria. Una vez más, opositores y detractores en occidente calificaron la elección como una farsa.

En este lapso se ha alejado más de la Unión Europea, la OTAN y Estados Unidos y se ha acercado a naciones con regímenes autoritarios como China, Bielorrusia, Turquía, Venezuela, Nicaragua y Cuba.

De acuerdo al medio France 24, el Gobierno venezolano ha comprado a Rusia más de 4 mil millones de dólares en armamento militar. A finales de 2008, Rusia envió aviones Tupolev Tu-160 a Venezuela para realizar entrenamientos y ambas naciones realizaron un ejercicio naval conjunto en el mar Caribe.

Putin comenzó sus acercamientos a Venezuela durante el mandato del fallecido Hugo Chávez y los siguió ahora con Nicolás Maduro en Miraflores.

A propósito de la amenaza del canciller ruso Sergei Lavrov de colocar material bélico en Venezuela para defenderse de los “intereses imperialistas de Estados Unidos”, el ministro de la Defensa del Gobierno venezolano, Vladimir Padrino López, no descartó tal posibilidad y dijo que desde hace tiempo ambos países tienen una cooperación en materia militar.

Luego de la invasión a Ucrania, Maduro ha hecho hincapié en que el Gobierno venezolano apoya al de Rusia en su lucha contra el avance “intervencionista” de la OTAN y los Estados Unidos en Europa.

Se estimaba que el Gobierno venezolano apoyaría a Rusia en la votación del Consejo de Seguridad de la ONU para vetar una eventual discusión del ataque a Ucrania, pero ni siquiera pudo ejercer su derecho por estar moroso con la organización.

Maduro sostuvo apenas el 2 de marzo que el bloqueo económico que ha levantado el mundo occidental contra Rusia luego de la invasión a Ucrania es un “acto criminal”.

Putin no solo tiene admiradores en Venezuela, durante el mandato de Donald Trump tuvo acercamientos con este y el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, le ha profesado admiración.

En el paraíso

Putin ha sido acusado de tener riquezas en paraísos off shore como en Montecarlo, donde una mujer de nombre Svetlana Krivonogikh, con quien habría mantenido un romance por dos años, funge como la propietaria de un lujoso apartamento valorado en 4,1 millones de euros, además de ser la dueña de una empresa en las Islas Vírgenes.

La información fue revelada luego de una investigación hecha por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación y el Washington Post y forma parte de los Papeles de Pandora (Pandora Papers).

Krivonogikh no ha emitido comentario sobre su supuesta relación con Putin, pero tiene una hija de 18 años que ha levantado una interrogante sobre la identidad de su padre y que ha sido víctima de ataques en redes sociales por parte de detractores del Gobierno ruso desde que comenzó la invasión a Ucrania.

A Putin se le relaciona con la gimnasta medallista de oro en los Juegos Olímpicos, Alina Kabaeba, 31 años menor que él y con quien se dice tiene cuatro hijos. Algunos medios rusos aseguran que desde que comenzó la guerra con Ucrania, el mandatario y la gimnasta se encuentran refugiados en un búnker en Siberia.

Las locuras del emperador

Como todo mandatario que se prolonga el tiempo, Putin se ha rodeado de polémica debido a costumbres exóticas.

Una de ellas es una mesa de 6 metros donde recibe a sus visitantes, mueble donde se ha reunido con presidentes de Francia y Alemania. Fuentes del Kremlin dicen que el propio Putin seleccionó la madera de la mesa, proveniente de los Alpes, entre la frontera de Francia e Italia.

También es un cazador de ballenas y tigres. En las fotos, el presidente aparece con ropa militar empuñando un arma en las montañas de Sayan, república siberiana de la Federación Rusa.

Detractores del mandatario alegan que todas esas costumbres son fachadas fabricadas por Moscú para hacerlo ver como un hombre fuerte y activo.

En un artículo de opinión escrito para el New York Times por la exsecretaria de Estado, Madeleine Albright, describió a Putin como una persona “pálida y fría”.