El crecimiento exponencial de cientos de miles de personas venezolanas que se han visto forzadas a migrar hacia a otros países de la región en los últimos años, como una estrategia de supervivencia que les permita a ellas y sus familias preservar derechos tales como la vida, la integridad, la salud y el trabajo, hizo de la crisis nacional un tema recurrente en los países de acogida.
Perú es uno de ellos. La situación venezolana resonó con fuerza en la campaña electoral previa a las elecciones más polarizadas de su historia reciente; por lo tanto, recobra interés analizar los resultados de estos comicios a la luz de la realidad venezolana, aun cuando sigue pendiente la proclamación presidencial.
La Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) de Perú ya contabilizó el 100% de las actas de votos de las elecciones del 6 de junio, sin embargo, no se ha proclamado un ganador debido a las 945 denuncias de fraude presentadas por Fujimori a los jurados electorales especiales (JEE).
Los resultados oficiales dejan a Pedro Castillo como virtual nuevo presidente de Perú luego de obtener el 51,125% de los votos; mientras que su contendora, Keiko Fujimori, sumó el 49,875% de los sufragios.
Las denuncias de Fujimori fueron atendidas y desestimadas, ya que los JEE las declararon infundadas el pasado viernes 18 de junio.
La candidata ahora está presentando las mismas denuncias para que sean revisadas por el Pleno del Jurado Nacional de Procesos Electorales (JNE), lo que podría retrasar la proclamación de un presidente, por lo menos, tres días más.
Frente al escenario donde el representante de la izquierda, Pedro Castillo, está cada vez más cerca de ser nombrado como nuevo presidente de Perú, Iván Rojas, profesor de la cátedra de Temas Internacionales Contemporáneos de la UCAB Guayana, considera que el resultado no afectará significativamente a Venezuela.
“Siento que Castillo no va a ser un agente positivo para la vuelta de la democracia a Venezuela (…) pero tampoco será un aliado importante para Maduro. Quizás lo más relevante es que debilitará aún más al ya golpeado Grupo de Lima”, afirmó.
También aseguró que no se convertirá en un aliado del régimen de Maduro. “Cuando se piensa en aliados se hace en contraste a esas alianzas que existieron en un momento que el chavismo era mucho más influyente regionalmente. Si es bajo esa óptica, no, no lo será. Si hablamos de silencio cómplice y otras actitudes similares, es posible”, expresó.
Castillo supera a la lideresa de Fuerza Popular por 44.058 votos, al 100% actas contabilizadas. Sin embargo, para que el proceso electoral concluya, el Jurado Nacional de Elecciones debe resolver aún pedidos de nulidad de mesas de sufragio presentados por el fujimorismo. |
En cuanto a las políticas migratorias, Rojas comenta que no es fácil predecirlo. “Castillo anunció algunas propuestas francamente xenofóbicas en su cierre de campaña, pero una vez en la presidencia, y cuando intente convertir discurso en políticas públicas, no necesariamente será ni fácil ni popular llevar esto a cabo. Además, que podría correr el riesgo de aislarse en la región por estas posiciones, lo cual no es una manera prometedora de empezar una administración”, comentó.
Rojas también señala que Castillo no podrá imponer el mismo guión de Chávez. “No lo seguirá, porque no puede. Chávez logró modificar el Estado venezolano porque hizo una constituyente y en términos simples se le regaló el Estado, incluido con el Poder Legislativo y Judicial. En Perú la estructura del Estado no permite hacer eso”.
“Los presidentes peruanos en general tienen menos margen de maniobra de los que tiene casi cualquier otro jefe de Estado en la región”, añadió. “Además, el Chávez que anunció el giro al socialismo no fue el mismo discursivamente que ganó en 1998. Castillo, en cambio, está de entrada proclamando muchas ideas impopulares, adicional de ir en contra de unos valores que, en Perú están más arraigados de lo que estaban en Venezuela, como el respeto al sector privado o la libertad del mercado”.
Venezolanos en Lima
Para los ciudadanos peruanos, estas elecciones tienen un alto nivel de importancia ya que podría significar el fin de la crisis institucional que venía padeciendo los principales entes políticos del país.
La cautela y el recelo definen las opiniones de venezolanos que migraron al país ante el convulso escenario electoral que aún mantiene en vilo a los peruanos y en alta expectativa a la región sudamericana.
“No quería que ganara Castillo por sus propuestas de un gobierno que se apegan un poco más al socialismo. Yo no soy venezolana de nacimiento, pero sí de crianza, y he vivido y he visto cómo fue deteriorándose poco a poco la economía en Venezuela”, dijo Kiara Chujutalli, peruana-venezolana residenciada en Lima.
Anggy Longart, venezolana también residenciada en la capital peruana, relata que como venezolana es consciente de que “el socialismo dice mucho y termina haciendo nada, al punto de empobrecer a la sociedad en todo sentido (…), y teniendo ese precedente, no me parece que el pueblo haya elegido correctamente a su nuevo presidente”.
Longart no descarta, ante un escenario adverso, prepararse hacia un nuevo puerto migratorio en búsqueda de calidad de vida.
Por su parte, Marco Herrera, otro migrante venezolano, prefiere esperar al menos unos seis meses para conocer mejor cuál será el rumbo que tomará el país con las nuevas políticas bajo el mandato de Castillo.
Un problema más profundo
John Manuel Silva, escritor venezolano, hizo un análisis en su cuenta de Twitter donde mencionó uno de los factores que influyeron en la victoria de Castillo, basándose en el ambiente político actual y el histórico de Latinoamérica.
Recopiló los problemas de los partidos de derecha latinoamericanos. Mencionó lo que él considera son sus principales fallas, tanto en su discurso como en las gestiones una vez llegan al poder.
Las derechas, frente a derrotas como las peruanas salen a llorar y a lamentarse por «el marxismo cultural» o a acusar a «los liberales de salón» de ser los culpables.
Pero nunca hacen una mirada hacia adentro para hacerse preguntas incómodas.
— John Manuel Silva (@johnmanuelsilva) June 8, 2021
¿Nuestros pueblos ven en la derecha una esperanza para salir de la pobreza?
¿Están dispuestos a hacer las reformas que les permitan A TODAS LAS PERSONAS entrar al mercado y competir?
¿Hay interés en desconcentrar las capitales y llevar el desarrollo a regiones más apartadas?
— John Manuel Silva (@johnmanuelsilva) June 8, 2021
La gente al final no vota tanto por razones ideológicas. Lo hacen por opciones que ven como factibles.
Y lo cierto es que la gente no ve factible seguir en la miseria y el atraso y estar cada elección votando por «lo menos malo» solo para que el apocalipsis chavista no llegue.
— John Manuel Silva (@johnmanuelsilva) June 8, 2021
También habló sobre hecho de que las campañas electorales basadas en enfundar el miedo en la población de que no ocurra el mismo declive económico que en Venezuela ya no funciona, ya que no hay cambios significativos durante su gestión.