La Cumbre de las Américas, evento que se ha vuelto polémico por la postura de Estados Unidos de no invitar a países como Cuba, Nicaragua y Venezuela, sigue generando resquemor en los países de la región y más cuando recientemente se hizo la cumbre de la ALBA desde donde se rechazó la llamada “exclusión”.
Sin embargo, los preparativos para la cita en Los Ángeles continúa inexorable. El subsecretario del Departamento de Estado para el Hemisferio Occidental, Brian A. Nichols, aseguró en sus redes sociales este 1 de junio que hay un equipo que trabaja en la “última ronda de negociaciones” en la ciudad que acogerá el evento.
Destacó que el Grupo de Revisión de la Implementación de Cumbres entregará próximamente una agenda para la “transformación digital” en la región.
En la víspera, una alta funcionaria del Departamento de Estado de Estados Unidos aseguró que su país buscará tener un acuerdo migratorio en la Cumbre de las Américas a pesar de la casi ratificada ausencia de Venezuela y Nicaragua a la cita continental, mientras una nube de dudas se cierne sobre países como México, Bolivia, Cuba y otros países.
Lo que se quiere, según esta funcionaria, es que se pueda tener una declaración conjunta de todos los países asistentes en la que compartan la visión de EE UU para hacer frente al tema migratorio, al igual que quiere tratar otros temas que considera importantes como la crisis económica a raíz de la pandemia, el impacto de la invasión rusa de Ucrania en el precio de los alimentos y los retos a la democracia en el continente.
Aclararon en el Departamento de Estado que el pacto migratorio que quieren alcanzar no será vinculante y que está centrado en luchar contra “la industria del contrabando criminal que se está aprovechando de los flujos históricos” de migrantes.
Uruguay, uno de los países invitados a la Cumbre de las Américas, estará representado por su presidente, Luis Lacalle Pou, luego de que el Senado de su país aprobara la salida del mandatario por más de 48 horas del territorio.
Por otro lado, el mandatario peruano, Pedro Castillo, solicitaba permiso en el Congreso de la nación andina tras recibir una invitación desde la Casa Blanca para que asista a la cita hemisférica. Sin embargo, su participación puede estar en duda debido a la investigación anunciada en días pasados por supuesta corrupción.
Entretanto, el presidente de República Dominicana, Luis Abinader, expresó el 31 de mayo que respetaba la decisión de la Casa Blanca de no invitar a Venezuela, Nicaragua y dudar de Cuba para la Cumbre de las Américas al subrayar que como es el anfitrión, tiene derecho a invitar a quien desee.
“Nosotros respetaremos, como debemos respetar, la posición de Estados Unidos”, añadió el mandatario dominicano, que confirmó su asistencia a la cita de Los Ángeles.
Abinader recordó que su país acogerá en marzo de 2023 la Cumbre Iberoamericana y aseguró que, en este caso, van a invitar “a todos los países” de la región.
En paralelo a la Cumbre de las Américas, unas 150 organizaciones de EE UU y Latinoamérica quieren convocar a la realización de la Cumbre de los Pueblos por la Democracia, que servirá para hablar sobre temas de inmigración y las minorías.
La cumbre alterna pretende abordar las preocupaciones por las reglas de inmigración como el polémico Título 42, que permite expulsar de inmediato a inmigrantes por razones sanitarias, y la necesidad de aprobar una reforma migratoria en Estados Unidos, entre otras preocupaciones.