Las medidas de China serán “las que tengan que ser” y tendrán una naturaleza “contundente y efectiva”, declaró este miércoles la portavoz de la Cancillería Hua Chunying en referencia a la llegada el martes a Taiwán de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, informaron medios chinos.
La veterana portavoz, que compareció en rueda de prensa por segundo día consecutivo tras hacerlo el martes por primera vez desde el 24 de febrero, cuando comenzó la invasión rusa de Ucrania, avisó que las fuerzas estadounidenses y las que “apoyan la independencia” de Taiwán “notarán las medidas” de China.
La portavoz declaró que Pelosi “intenta confabularse con las fuerzas separatistas de Taiwán” para “violar la soberanía y la integridad territorial de China”.
Pelosi, tercera autoridad estadounidense y segunda en la línea de sucesión a la Casa Blanca, aterrizó en Taipéi la noche del martes. La mañana de este miércoles visitó el Parlamento taiwanés y posteriormente se reunió con la presidenta de la isla Tsai Ing-wen, quien le impuso una condecoración por su “apoyo” al territorio.
El avión que transporta a Pelosi despegó a las 18:01 hora local (10:01 GMT) del aeropuerto Songshan de Taipéi, después de una visita en la que la funcionaria prometió que “EE UU no abandonará a Taiwán”.
Además, Hua criticó a la funcionaria por “provocaciones” previas “que acabaron suponiendo vergüenza” para Estados Unidos. Entre estas citó declaraciones hechas por Pelosi durante las protestas antigubernamentales a gran escala registradas en Hong Kong en 2019. La política las describió como “una escena maravillosa”, pero Hua recordó que “fueron el comienzo de la transición de Hong Kong del caos a la estabilidad”.
Deplorable traición
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores de China Wang Yi calificó de “completa farsa” el viaje de Pelosi a Taiwán. Además advirtió que “quien ofenda a China será castigado”.
Wang también acusó a EE UU de “violar la soberanía de China bajo el disfraz de la democracia”. Asimismo avisó que aunque Taiwán se apoye en el poder de Washington, “no cambiará el consenso internacional de que solo existe una China en el mundo”. Tampoco se revertirá “la histórica tendencia a la reunificación entre la China continental y Taiwán”.
La Cancillería china convocó la noche del martes al embajador estadounidense en el país asiático Nicholas Burns, en protesta por la presencia de Pelosi en Taiwán.
Este martes, Hua había declarado que es “difícil imaginar una acción más temeraria y provocadora” que la visita de Pelosi. De igual forma, habló de la posibilidad de “consecuencias desastrosas si EE UU se equivoca en su juicio”.
En las últimas horas, Pekín ha respondido al viaje, al que calificó como una “deplorable traición” por parte de Estados Unidos. Lo hizo con un despliegue militar en el Estrecho de Taiwán y con sanciones económicas a las importaciones de productos procedentes de la isla.
El Acta de Relaciones de Taiwán de 1979 no garantiza que EE UU vaya a intervenir militarmente si la República Popular China atacase la isla. Sin embargo, tampoco lo descarta.
China insiste en “reunificar” la República Popular con la isla, que se gobierna de manera autónoma desde que los nacionalistas del Kuomintang (KMT) se replegaran en 1949 tras perder la guerra civil contra los comunistas y continuaran con el régimen de la República de China. Este culminó con la transición a la democracia en la década de 1990.