domingo, 12 enero 2025
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Castillo suspendió toque de queda en Lima horas antes de lo previsto

La medida fue tomada ante la ola de protestas a partir del paro de transportistas que comenzó hace ocho días por el incremento del precio de los combustibles y que provocó cierre de carreteras y saqueos.

El presidente peruano, Pedro Castillo, suspendió este martes el toque de queda en Lima y su vecina provincia de Callao, puesto en marcha en respuesta a un paro de transportistas; siete horas antes del fin que tenía previsto para las 23:59 hora local (O4:59 GMT del miércoles).

“Debo anunciar que, a partir del momento, vamos a dejar sin efecto esta inamovilidad (toque de queda) y corresponde llamar a la tranquilidad del pueblo peruano, eso quería anunciar”, dijo Castillo durante una reunión con los líderes políticos en el Congreso.

El gobernante anunció minutos antes de la medianoche del pasado lunes la adopción de esta medida, con lo que sorprendió a los cerca de 11 millones de habitantes de estas dos provincias peruanas que descansaban antes de iniciar la jornada del martes.

Durante su intervención, a la que también acudieron varios de sus ministros, el mandatario comentó que las autoridades deben “resguardar la vida de todos” peruanos.

Desmesurado toque de queda en Lima

Dijo respetar “la actitud y el derecho que tienen los peruanos y los ciudadanos en manifestarse”.

“Eso no significa que, aprovechando una movilización o un derecho constitucional, nosotros como Estado avalemos algunas actitudes”, apostilló.

Dichas actitudes, dijo, “van más allá del derecho constitucional como el bloqueo de carreteras, como apedrear, por ejemplo, un domicilio, atentar contra la propiedad privada, las instituciones públicas y las instituciones privadas”.

El paro de los transportistas comenzó hace ocho días por el incremento del precio de los combustibles y provocó cortes temporales y parciales de carreteras, que, en algunos casos, derivaron en saqueos.

En todo caso, ninguno de ellos tuvo lugar en Lima y Callao, donde las protestas apenas han tenido repercusión, por lo que muchos políticos y ciudadanos consideran desmesurada la decisión de Castillo.