Cáritas Española alertó sobre la vulnerabilidad de millones de desplazados y refugiados por las crisis en diferentes países del mundo, siendo los casos de Venezuela, Siria y el Sahel los más preocupantes.
Con motivo de la celebración del Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, la organización perteneciente a la Iglesia Católica también hizo un llamado a reivindicar “la importancia de la ecología humana integral como única solución ante la sucesión de crisis, tanto por desastres naturales como provocadas por el hombre, a la que estamos asistiendo en lo que va de 2021”.
“Sólo en los últimos días, estamos siendo testigos de la caída de Afganistán ante los talibanes y del trágico coste de vidas humanas causado por un nuevo terremoto en Haití, que se ha cobrado ya 1.500 vidas humanas”, recordó Cáritas, quienes han iniciado una campaña de emergencia para llamar a la colaboración con los damnificados.
También destacan “el colapso económico y la inestabilidad sociopolítica por la que atraviesa el Líbano, que se enfrenta a su peor momento desde la guerra civil, y las crisis prolongadas en el tiempo que se viven en países como Ucrania, Venezuela o Siria, entre otros”.
Asimismo destacaron que el cambio climático continúa causando daños graves e irreparables en numerosas regiones del planeta, un problema que también provoca nuevas y más migraciones.
Actuación en el último año
En este contexto, Cáritas Española explicó que en el último año ha centrado su actuación en el ámbito de la ayuda humanitaria en la atención directa del impacto de la crisis de la COVID-19 en los países más vulnerables.
En relación con Venezuela, resaltaron que es “el fenómeno migratorio más importante de la historia del continente americano y es el segundo más grande de la actualidad: este éxodo representando el 17% de la población total de migrantes que hay en el mundo, solo superado por la migración provocada por la guerra en Siria”.
También indicaron que la organización apoya diferentes intervenciones en la región, con proyectos de acogida a las familias desplazadas venezolanas como el proyecto de atención en las fronteras de Colombia con Ecuador (Diócesis de Ipiales y Pasto) y con Venezuela (Diócesis de Riohacha), junto con Aecid, con un presupuesto de 600 mil euros y una población atendida de 8.863 personas. La inversión total en Colombia, Ecuador, Brasil y Venezuela en el último año para responder a esta crisis ha ascendido a 1.571.846 euros.
Para la organización “urge poner el foco, de manera especial, sobre la realidad de las personas en situación de movilidad y alertar de las emergencias creadas por la sobresaturación de los centros de acogida en la frontera este de Europa”.
Asimismo advierte de las condiciones de vida de las personas rohingyas en los campos de refugiados de Cox Bazaar, en Bangladesh; la crisis humanitaria que viven los desplazados internos en la región del Sahel; la situación de millones de venezolanos en países vecinos (Ecuador, Perú, Brasil); o la “dramática crisis alimentaria de los pueblos centroamericanos, agravada, no sólo por el coronavirus, sino por el impacto de las últimas emergencias climáticas tras el paso de los huracanes Eta y Iota por la región”.
Cáritas sostiene que otra realidad agravada con el impacto de la COVID-19 es la situación de los pueblos amazónicos, “que parte de una situación de vulneración de derechos previa a la pandemia y que no ha hecho más que deteriorarse en los últimos meses a causa de la creciente invasión de territorios indígenas, expolio de los recursos naturales por parte de empresas extractivas legales e ilegales, y la dificultad de acceso a la salud o acceso al agua segura”.
Mencionan que, durante el último año, Cáritas Española, junto a Caritas Burkina y el apoyo de la UE, desarrolló un Proyecto ECHO para garantizar asistencia alimentaria de emergencia durante 8 meses a 1.600 nuevos hogares desplazados en las diócesis de Dori y Ouahigouya.
Explican que, debido al inicio del periodo de escasez de alimentos, el proyecto asistió también a 400 hogares de acogida y 1.000 hogares residentes vulnerables, para ayudarles a proteger sus medios de vida y mantener la cohesión social en las comunidades. Se rehabilitaron, además, 15 pozos de agua potable en las zonas de mayor concentración de personas desplazadas, que serán gestionados de manera comunitaria.
Por otra parte, Cáritas Española mantiene su intervención humanitaria en Siria, Medio Oriente y Europa del este que acogen a refugiados. Dentro del territorio sirio, donde el 83% de la población vive bajo el umbral de la pobreza, Cáritas apoya, con fondos de la Aecid (646.476 €), a los desplazados internos de Hama y Homs.
Finalmente, en los países de acogida se proporciona a los refugiados más vulnerables acceso a la sanidad, la educación y la atención psicosocial, junto a programas de integración social a medio y largo plazo.