domingo, 19 enero 2025
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Asesinato del CEO de aseguradora, un crimen de película que deja dudas en EE UU

El acusado se encontraba en un McDonald's de Altoona (Pensilvania) cuando una empleada lo reconoció por las fotos divulgadas en los medios y llamó a los agentes.

En el centro de Manhattan, una zona de Nueva York muy vigilada y transitada por trabajadores y turistas, Luigi Mangione, de 26 años, cometió el asesinato el miércoles pasado a quemarropa al director ejecutivo de UnitedHealthcare, Brian Thompson, y protagonizó una fuga de película que concluyó seis días después en el estado de Pensilvania.

Mangione sabía que Thompson, de 50 años, debía acceder al Hotel Hilton Midtwon temprano en la mañana, alrededor de las 6:40, y llegó a la entrada del edificio unos diez minutos antes para estar preparado cuando llegara el ejecutivo, que tenía previsto celebrar allí una reunión con inversores.

Puntual a su cita, Thompson arribó al lugar y tan pronto se acercó a la entrada fue alcanzado por los disparos, en el torso y en la pantorrilla, del encapuchado, que se fugó del lugar del crimen, pasó por un callejón y se desplazó en una bicicleta hasta Central Park.

Desde entonces se inició un intenso dispositivo de búsqueda, en el que la Policía de Nueva York desplegó a centenares de agentes, vehículos terrestres y helicópteros, así como drones y buzos en el icónico parque (en busca del arma homicida) y revisó horas y horas de cámaras de seguridad ubicadas en Manhattan.

Las autoridades difundieron poco después la imagen de un hombre que llevaba una chaqueta oscura con capucha, una mochila gris y una máscara que le cubría la parte inferior del rostro.

Perfil de criminal astuto y escurridizo

Durante los siguientes días, la Policía de Nueva York publicó nuevas fotografías en las que se le podía ver nuevamente encapuchado, lo que comenzó a crear una imagen del sospechoso como un criminal astuto y escurridizo.

Mientras se rastreaba el perfil del sospechoso del asesinato, cuya mochila fue encontrada en Central Park, y del que se conoció que había llegado a Manhattan diez días antes del tiroteo en un autobús que había partido desde Atlanta, y que se había hospedado en un céntrico hostal de la ciudad.

Para registrarse en este establecimiento utilizó una identificación falsa de Nueva Jersey y posteriormente la policía informó que el sospechoso había abandonado la metrópoli, también desde una estación de autobuses de Manhattan.

Detención tras denuncia ciudadana

Tras un fin de semana sin muchas novedades, las autoridades apresaron el lunes al sospechoso, un joven oriundo de Maryland del que, hasta ahora, se sabe que procede de una familia acomodada y que estudió en la Universidad de Pensilvania, una de las prestigiosas Ivy League de Estados Unidos.

El acusado se encontraba en un McDonald’s de Altoona (Pensilvania) cuando una empleada lo reconoció por las fotos divulgadas en los medios y llamó a los agentes.

Las autoridades confirmaron que era el hombre que buscaban cuando, al preguntarle si había estado en Nueva York recientemente, Mangione se puso “a temblar”, contaron los propios agentes.

En el momento de su arresto, Mangione llevaba un arma con silenciador que pudo haber sido fabricada con una impresora 3D, así como un documento escrito a mano que contenía “animadversión hacia la América empresarial”.

El sospechoso fue acusado el lunes en Nueva York de un cargo por asesinato en primer grado, otro por fabricación de arma y tres cargos relacionados precisamente con la posesión de armas.

Además, en Pensilvania ha sido imputado por otros cinco delitos relacionados también con posesión de armas y falsificación de identidad.

Actualmente el sospechoso permanece en prisión sin fianza dentro de una celda de máxima seguridad de Pensilvania, pero podría ser extraditado a Nueva York.

Gracias a su huella digital se sabe también que es un ávido lector y que a menudo puntuaba sus libros favoritos en las redes, donde valoró positivamente el manifiesto del terrorista estadounidense Theodore Kaczynski, más conocido como Unabomber.

Aún quedan muchas incógnitas por resolver, como el móvil del presunto asesino, si actuó solo o tuvo ayuda, cómo sabía que Brian Thompson trataría de entrar al hotel a las 6:40 o qué hizo el sospechoso durante los meses que desapareció de la vida de sus seres queridos.