lunes, 9 septiembre 2024
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Una guayanesa prestada a la industria siderúrgica en Argentina sueña con volver y reimpulsar Corpoelec

La ingeniera María Elena Riego considera que volvería luego de un cambio de gobierno y mejoras sociales y económicas. Por ahora, aporta en los sistemas de gestión de la calidad en una industria argentina. | Fotos cortesía | Archivo

@g8che

Bolívar es un estado estratégico no solo por sus industrias básicas y talento humano, su potencial turístico, su conexión fronteriza, la riqueza en biodiversidad y las reservas de minerales. Además, la entidad genera y transmite la mayor parte de la energía eléctrica que consume el país.

María Elena Riego es ingeniera industrial con mención cum laude y especialista en prevención y control de riesgos industriales. En 2004, cuando se graduó, empezó a trabajar en el departamento de seguridad y salud laboral de la extinta CVG Edelca, para luego pasar al área de Control de Gestión como coordinadora de calidad.

Edelca, encargada de la generación hidroeléctrica en el Bajo Caroní, fue una de las filiales de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), hasta que en 2008 pasó a formar parte de la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec).

“Implementamos el sistema de control de gestión del área, tanto la ISO 9000 como lo asociado a ella (…) Se certificaron los procesos de generación y transmisión de energía eléctrica, éramos un proceso transversal, un proceso de soporte y lo logramos”.

La ISO 9000 es un conjunto de normas de control y gestión de calidad, establecidas por la Organización Internacional de Normalización (ISO). Estas normas buscan estandarizar los procesos, documentación y eficiencia para lograr altos estándares productivos de bienes y servicios.

Este meticuloso proceso, que implica manuales y registros, le permitió formarse, certificarse en el área de calidad y mantener las certificaciones ISO 9000, algo que considera que la empresa ha perdido. “En una Corpoelec como la de ahora optar por una certificación no creo (que se logre), si vamos a una auditoría inicial debemos tener de 30 a 40% de lo solicitado, no más”.

Luego se desempeñó como analista de gestión en el área de Gestión de Calidad, manejando indicadores, recursos humanos, realizando planes operativos y haciendo seguimiento de las operaciones.

De crecimiento a caída

De gestión de calidad pasó a la coordinación regional de ambiente, seguridad laboral y física. Riego recuerda esa época y la transición de Edelca a Corpoelec que, a su juicio, solo trajo el decaimiento de los beneficios, las condiciones laborales y el retroceso en la cultura de trabajo.

En la empresa se veía el colapso de las labores de mantenimiento, la falta de inversión y el desvío de recursos, que afectan tanto a los ciudadanos que dependen del servicio, como a quienes trabajaban en la estatal. En los pasillos se empezó a sentir el malestar y la desmotivación por salarios, condiciones y beneficios.

“Me tocó guiar grupos de trabajo que te decían para qué nos vamos a esforzar si aquí no hay nada, si todo se viene abajo”, recuerda. “¿Cómo trabajar así con tanta gente tan desmotivada? En Macagua la gente trabajaba solo medio día”, relató.

Las instalaciones empezaron a decaer. “Antes se cuidaba que las sillas fueran ergonómicas, conservar los ambientes en la temperatura adecuada, era otro tema que se cuidaba mucho y ya al final ni aire acondicionado había”, sostiene.

Con el tiempo, los trabajadores perdieron el sentido de pertenencia. Riego cuenta que cuando a los inspectores de seguridad se les llamaba la atención por no hacer las inspecciones correspondientes, decían que no las cumplirían porque, aunque entregaban los reportes, no había correctivos.

“Tenías gran parte del personal operativo desmotivado porque hacían inspecciones, generaban recomendaciones y cuando se iba a reunión decían ‘no puedo’ porque ‘no tengo recursos’”.

El proceso de generación y transmisión de energía fue certificado con la colaboración de Riego

Estandarización y mejoras pendientes

El último cargo que ocupó fue como jefa de la división nacional de Planificación y Control de Gestión de la gerencia de Ambiente, Higiene, Seguridad, Ocupación y Salud Laboral, en la que estuvo desde 2016 hasta finales de 2018. Le queda la sensación de que pudo hacer más, pero con una empresa en el suelo, difícilmente podía cristalizar sus ideas.

“Aun cuando me vine en una Venezuela complicada, y después de tantos años de trabajar en Edelca y Corpoelec, sentía que todavía tenía mucho que aportar (…) Sí sabía que el sistema eléctrico estaba totalmente colapsado, pero sí sentía como gerencia que teníamos mucho que aportar”, sostiene.

“Teníamos en mente consolidar esa gerencia, unificar, que se viera totalmente fortalecida y eso no se terminó de lograr”, relató. Para Riego, faltó hacer mapas de procesos y desarrollar un modelo de gestión en la Unidad de Ambiente, ya que solo Zulia y Guayana tenían procesos más establecidos. “Siento que me quedó por dar, por aportar al resto de las regiones para que fueran tan fortalecidos como la región Guayana”, comentó.

Cuenta que en esta unidad, las regiones distintas a Guayana o Zulia no tenían procesos, procedimientos, formularios y registros documentados. “Todo eso se perdió, en estas unidades hubo que retomar el explicarle al trabajador que tiene que hacer plan operativo (…) no estaba nada estandarizado, ni documentado y eso no se logra de la noche a la mañana, lo primero es hacerle entender a la gente que eso tiene un valor, eso es lo más complicado de un sistema de gestión”, relata.

Señaló que, con el decaimiento de la empresa, no podía viajar con la constancia necesaria para mejorar estas labores de estandarización en las regiones en las que había deficiencias. “No estaban las condiciones”, sostuvo.

Volvería a Corpoelec en el futuro

Riego comenzó a sentir presiones cuando empezaron a obligar a los jefes a asistir a marchas oficialistas en Caracas. “Me empezó a dar más miedo”, sostuvo, además de las detenciones y persecuciones que iniciaron en Corpoelec.

“Nosotros (ella y su familia) tratamos de resistir y quedarnos en el país hasta el último momento”, relató; pero la pérdida de ahorros y tener que vender bienes, la llevó a pensar en la idea de migrar, algo que veía difícil por su arraigo a Guayana.

Señaló que adaptarse al modo de vida, trabajo y a las diferencias culturales en Argentina generó un choque al momento de migrar en 2019. Trabajó en principio en una consultora y luego entró en las filas de la siderúrgica Acero Bragados, una empresa de Votorantim S.A., con más de 50 años, dedicada a la elaboración de barras, alambrón, mallas y clavos. Allí se encarga de la ejecución de las prácticas de gestión, estandarización de procesos, registro de inconvenientes y monitoreo de indicadores.

En Argentina ha trabajado dos meses en la planta siderúrgica, antes de la pandemia y ha logrado empaparse de los procesos, “que mi jefe esté satisfecho con mi gestión es más importante aún”.

Ahora, en el área donde trabaja están implementando prácticas de gestión y seguimiento de los procesos que antes de llegar, no se estaban logrando completar. Pese a trabajar en su área y acompañar los procesos operativos, le gustaría regresar a Venezuela y a Corpoelec.

“Tú te sientes bien, pero no te sientes en tu casa”, comentó. “Eres feliz, sí, tratas de vivir con lo que tienes, dar gracias a Dios por tener oportunidades que otros no tienen (…) pero tu casa, es tu casa, nunca es igual”, sostuvo.

Ahora que está trabajando en un área operativa, señaló que le gustaría regresar a Corpoelec si mejoran las condiciones. “Yo añoro volver a mi tierra (…) si ciertas condiciones están dadas, regresaría a devolverle a mi país todo lo que me dio, me enseñó y a devolverle a Edelca todo lo que invirtió en mí”.