Trabajadores del Complejo Siderúrgico Nacional Planta Casima emitieron un documento en el que se declaran en asamblea permanente, hasta tanto las autoridades de la empresa no den respuesta satisfactoria sobre sus beneficios laborales.
Freddy Acosta, trabajador de Planta Casima, manifestó que tienen casi dos años devengando salarios “de miseria”. Semanalmente reciben entre 250 mil y 500 mil bolívares, un reclamo que por años realizó el sindicato legítimo de la empresa, hostigado y desconocido por la dirección de la estatal. A pesar de agotar todas las vías dentro del marco legal, siguen sin respuesta.
Acosta señaló que lograron reunirse con el vicepresidente de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), Ángel Marcano; el director estadal del Ministerio del Trabajo, Alfredo Spooner, y el viceministro del Trabajo, José Ramón Rivero, en la sede del ente pero no hubo resultados positivos. “Reunimos unas firmas con una renuncia masiva, para presentarla a la empresa porque no queremos trabajar bajo esas condiciones”, declaró Acosta.
En la reunión con las autoridades de la CVG y el Ministerio del Trabajo se planteó una posible solución para mejorar sus ingresos en un lapso no mayor a 15 días. Tuvieron dos reuniones más, pero no hay acuerdos. La empresa les exige tiempo para solventar su situación, señala el comunicado de los trabajadores, en el que también denuncian la amenaza de desplazarlos de sus funciones de negarse a laborar bajo tales condiciones.
Persecución laboral
El reclamo es el que desde hace años realiza el Sindicato de Trabajadores de la Industria Siderúrgica Nacional (Sidernac), cuya sede fue arrebatada en febrero de este año por una comisión de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim), Guardia Nacional y un tribunal. Ese mismo mes la Dgcim detuvo a dos trabajadores.
El grupo de trabajadores que se declaró en asamblea permanente y lidera la protesta actual surgió a partir del desconocimiento del sindicato legítimo y la persecución que sufrieron en el segundo mes del año. Pese a que se sentaron con autoridades de la CVG no han logrado su cometido en la recuperación de los beneficios laborales. Fuentes de la industria aseguran que ha habido complicidad con la dirección de la empresa.
El secretario general del sindicato, Alejandro Álvarez denunció -en febrero de 2020- que la empresa venía de estar 29 meses paralizada.
“Arrancamos a producir el 27 de noviembre y, cuando lo hicimos, Corpoelec puso una restricción energética de producir solo de 10:00 de la noche a 6:00 de la mañana. Esa producción duró hasta el 21 de diciembre cuando se paró por falta de nitrógeno y oxígeno. Así nos agarró febrero, sin esos gases vitales para la producción. Tan pronto lleguen los gases empezamos a producir pero con la exigencia de que necesitamos alimentación y condiciones laborales, por eso quieren acabar con los dos sindicatos que reclaman los derechos laborales de los trabajadores”, explicó Álvarez en esa oportunidad.
En 2012, cuando la empresa -entonces Sidetur- aún no había sido estatizada, la producción fue de 257.415 toneladas de palanquillas, equivalente al 57% de capacidad instalada, que es de 450.000 toneladas anuales. Para el año siguiente, ya estatizada, la producción cayó a 253.158 toneladas, 56% de la capacidad instalada.
La caída siguió. En 2014 retrocedió 36%. Dos años después, en 2016, produjo apenas 16% de la capacidad instalada y, en 2018, llegó a cero.
En 2019, la planta reanudó operaciones en noviembre, con lo cual la producción no llegó al 1%. Solo se produjeron 3.800 toneladas de palanquillas.