La preocupación en torno a la inflación en bolívares se disipó en el último año, ya que Venezuela logró salir de la espiral hiperinflacionaria y quedó con una inflación alta, pero mucho más llevadera que la experimentada entre 2017 y 2019.
No obstante, la tendencia de disminución de la tasa de inflación con el pasar de los meses se revirtió en marzo y en su lugar hubo una aceleración importante frente a las cifras de febrero.
De acuerdo con el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), la inflación de marzo alcanzó 10,5%, alrededor de seis veces más que la experimentada en febrero, cuando marcó 1,7%.
Con esta cifra, la tasa de inflación acumulada desde inicios de año alcanza el 1,78%. En cuanto a la inflación anualizada, alcanza 251%, lo que constituye un cambio radical frente al valor interanual que marcaba el año pasado, pues para marzo de 2021 se calculaba 3.867% de inflación anualizada.
Para este marzo, entre los rubros que registraron incrementos, destacan los pertenecientes al renglón “equipamentos del hogar”, con 105,9%. Además, los servicios incrementaron 15,9%, las comunicaciones 8,7% y los alimentos 3,1%.
El OVF argumenta que el factor principal del incremento fue la apreciación del bolívar frente al dólar, ya que el tipo de cambio oficial promedio durante el mes decreció de 4,63 bolívares por dólar a 4,50. Es decir, se apreció 2,8%.
“Ello sugiere, tal como el Observatorio Venezolano de Finanzas ha argumentado, que el anclaje del tipo de cambio es insuficiente para abatir de forma permanente la inflación”, resaltan.
También mencionan el anuncio y posterior aplicación de la reforma a la Ley del Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras (IGTF), que grava las transacciones pagadas con divisas o criptomonedas distintas al petro.
Por una parte, las expectativas en torno a este impuesto generaron una tendencia alcista de precios, mientras que los problemas para la implementación adecuada de esta nueva obligación acabaron por desatar una aceleración de la inflación.
“El IGTF obviamente creó un efecto de expectativas crecientes sobre el nivel de precios. De esta manera, este rebrote de la tasa de inflación era totalmente esperable más aún cuando ha habido serios problemas para la aplicación y puesta en práctica de ese impuesto”, razonan.
Finalmente mencionan el incremento de salario que el chavismo aprobó para marzo. Debido a la inflación que creció durante el mes, ya ese sueldo perdió poder adquisitivo real. En este sentido, son necesarios 10 salarios mínimos para costear la canasta alimentaria, que saltó de $353 en febrero a $370 en marzo.