A partir del 15 de marzo el salario mínimo mensual, así como el monto de pensiones y jubilaciones, queda establecido en 130 bolívares, mientras que el bono de alimentación se fijó en Bs. 45, por lo que el mínimo integral pasa a ser de 175 bolívares (equivalentes a $40,98 al cambio oficial).
La medida fue publicada en los decretos N° 4.653 y N° 4.654 de la Gaceta Oficial Extraordinaria N° 6.691 del 15 de marzo de 2022, casi dos semanas después del anuncio hecho por Maduro en una alocución televisiva.
Con la fijación del salario mínimo de Bs. 130, que supone un incremento de 1.757%, el piso de pagos mensual que recibirán los trabajadores y pensionados sigue siendo insuficiente para cubrir las necesidades básicas, tal y como han solicitado las asociaciones, gremios y sindicatos de trabajadores, jubilados y pensionados desde hace cinco años ante el desplome continuo de sus ingresos.
El bono de alimentación (denominado en la ley como Cestaticket socialista) tuvo un incremento de 1.400% y, sumado al nuevo salario mínimo, el integral que solo perciben los trabajadores activos representa tan solo 12,3% de la canasta alimentaria de febrero, que llegó a $307 mensuales según el Cenda.
Además, tomando en cuenta que organismos como el Banco Mundial y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) estiman entre $1 y $1,5 diarios el umbral de la pobreza extrema, un salario mínimo de Bs. 130 mantiene a al menos seis millones de pensionados viviendo en esa condición o rebuscándose (quienes pueden) para sobrevivir.
Todo ello en un contexto en el que, si bien la hiperinflación de cuatro años llegó a su fin, los precios en bolívares siguen aumentando y en dólares igual, producto de la apreciación del tipo de cambio y la inflación mundial como consecuencia de la pandemia de COVID-19 que impacta en los precios locales.