Las remesas familiares, que antes eran un salvavidas económico para muchas familias venezolanas, ahora solo representan un aporte para sobrevivir.
Según economistas consultados, los montos que llegan desde el exterior no son suficientes para cubrir los gastos básicos de las familias, y solo se destinan a alimentación y medicinas.
El envío de divisas desde el exterior ha enfrentado múltiples obstáculos, como la propia inflación en el país receptor y la falta de documentación o capacitación de los migrantes para recibir ingresos más elevados.
Según cifras divulgadas por Cendas, en junio pasado la canasta básica en Venezuela se ubica en 530 dólares, mientras que el promedio mensual de las remesas oscila entre 150 y 250 dólares.
Esto significa que solo una alimentación básica puede ser cubierta por la clase media profesional, y en la mayoría de los casos se necesita de un ingreso complementario para cubrir los gastos básicos de la familia.