En Guayana los vendedores ambulantes de Alta Vista “reciben” el dólar en 41 bolívares, 42 bolívares, e incluso 45 bolívares; mientras que en las sedes de las entidades bancarias la oferta de dólares en efectivo a precio del Banco Central de Venezuela es escasa.
Ante esta situación, algunos comercios de la zona han optado por cobrar por sus productos y mercancía a un dólar, uno o dos puntos por encima del precio del oficial.
Todo esto ocurre sin que haya alteraciones considerables en el valor del precio de la tasa del Banco Central de Venezuela (BCV), que se mantiene en 36 bolívares desde el mes de enero, fluctuando entre los 36,50 bolívares y los 36,70 desde el mes de mayo.
Sin embargo, el precio de dólar en el mercado negro supera en 20% al oficial, fijándose para este 5 de septiembre en 44 bolívares por dólar.
Para la economista y directora de la firma Síntesis Financiera, Tamara Herrera, la situación responde a las constantes intervenciones del BCV al mercado cambiario, así como una exacerbación del gasto público durante la campaña electoral y la gran demanda de dólares en el país.
“El precio del dólar oficial es un anclaje. Hay un congelamiento que es un ancla nominal y es el elemento antiinflacionario más importante que ha manejado la política económica del gobierno. Es un tipo de cambio por decisión, y está estrechamente vigilado el mercado de cambio en las mesas de cambio, para asegurar que no haya operaciones por encima de ese monto”, explicó Herrera.
En este sentido, la especialista indicó que las cifras de intervención cambiaria del BCV vienen incrementándose desde antes del segundo semestre del 2024. Esta maniobra comprende una inyección de divisas por parte del Estado a las mesas de cambio para solventar la demanda de dólares, y mantener el precio estable.
Según la recolección de datos ofrecida por portales como Banca y Negocios, hasta agosto del 2024, el gobierno inyectó un total de 3.517 millones de dólares para sostener el precio del dólar. Esta cantidad de recursos busca dar un poco de estabilidad al día a día del ciudadano de a pie en una economía dolarizada de facto, pero también implica que deja de invertirse en áreas como servicios públicos o educación.
“La intervención va in crescendo. Se aceleró en el mes de julio, que era de campaña electoral. El gasto público se aceleró y la abundancia de bolívares en circulación requería una mayor intervención del BCV para satisfacer la demanda de divisas que esos excesos de bolívares generan en la economía. Fue un mes de alto crecimiento del gasto público por razones electorales y se notó la intensificación, además que se mezcló con la incertidumbre política del mismo evento electoral y exacerbó la demanda de divisas”, puntualizó Herrera.
Incertidumbre: el peor enemigo de la confianza
Hay que señalar que, en materia económica, el dinero depende de estándares de confianza y estabilidad para que los ciudadanos puedan valorarlo. Tomando esto en consideración, la incertidumbre política ha suscitado a muchas acciones por parte de los venezolanos para resguardar su dinero de un bolívar inestable.
A su vez, recientemente este medio publicó un trabajo en el que se puntualiza que hasta 600 venezolanos migran diariamente a través de la frontera de Santa Elena de Uairén hacia Brasil, y la mayoría lleva sus ahorros en dólares o reais.
Los que permanecen en el país prefieren comprar divisas para resguardar su dinero. Y quienes trabajan con el comercio afirman que la reposición de inventario se debe hacer con divisas.
Todo se traduce en la necesidad de más y más dólares para satisfacer la demanda.
“La inquietud sobre cómo iban a desarrollarse las elecciones, hizo que se incrementara mucho la intervención del BCV para ofertar divisas. La brecha que existe es porque ese dólar oficial anclado exacerba la demanda, ya que se le considera muy barato. Esa demanda atraída por un precio que está anclado, por las razones explicadas que dan exceso de bolívares, tiende a buscar la cobertura para protegerse del resguardo de valor que debe tener una moneda. Siempre está una demanda de divisas transaccional para satisfacer necesidades de importación y reposición de inventario por parte de empresas. Esa demanda es muy fuerte y se ha acelerado. Esa brecha se empezó a ampliar a partir de mayo y se hizo más veloz en junio y julio. ¿La explicación? Un precio anclado muy barato, momento de abundancia de dinero y tercero, una alta incertidumbre y demanda mayor. Hay un exceso de demanda y un déficit de oferta”, ratificó Herrera.
Realidad en Guayana
Sobre el tema, el presidente de la Cámara de Comercio e Industrias del municipio Caroní, Raúl Gil, consideró que la presunta estabilidad del dólar este año no muestra la realidad económica de Venezuela ni del estado Bolívar.
“Se está abriendo la brecha entre el dólar paralelo y el oficial porque no tenemos inversiones extranjeras, no hay seguridad jurídica ni incentivos fiscales. Eso debemos propiciarlo. Para el segundo semestre del año 2024 habrá mayor demanda de divisas por lo que el BCV tendrá que intervenir diariamente en el mercado cambiario para poder mantener la paridad cambiaria a raya. No es suficiente. Se requieren políticas cambiarias y económicas integrales para propiciar seguridad jurídica y atraer inversión”, puntualizó Gil.
El presidente de Asocomercio San Félix, Juan Castro, aseguró a Correo del Caroní que la situación en esta zona no es mayor, ya que la mayoría de los comerciantes formales respetan el precio del BCV, así como sus proveedores; no obstante, confirmó que los revendedores y buhoneros de la zona sí utilizan esta tasa para la venta de productos.
Viabilidad de intervención cambiaria
Con respecto a la viabilidad de la intervención, Herrera manifestó que es una política que va a continuar, pero está en duda que el esfuerzo que se ha estado haciendo pues es a través de montos muy altos obtenidos a través de ingresos petroleros.
“Es tal el crecimiento de la demanda, además estamos por entrar al cuarto trimestre del año. Noviembre es un pico de demanda de divisas por el gasto público que crece a través de bonificaciones de fin de año. Eso demanda mucho más. ¿Es capaz de sostener la demanda de satisfacer la demanda de divisas esa intervención? Es muy exigente y la verdadera pregunta debe ser, si es responsable hacer o es mejor ir a la sinceración del tipo de cambio oficial, y permitir que tome el valor que marca el mercado para dejar de destinar tal cantidad de divisas para defender el bolívar que está claramente sobrevaluado”, finalizó.
Sobre esto, el gremialista Raúl Gil respondió que continuar bajo esta política no es viable, alegando que la incertidumbre política va concatenada con la incertidumbre económica.
“El ciudadano está afectado directamente en Bolívar. La inflación diaria es para comprar alimentos y medicinas. Especialmente porque en su mayoría son importados. Debemos darle al empresario nacional financiamiento y seguridad jurídica, así como disminuir las cargas fiscales”, culminó.
Fuentes cercanas al sector industrial comentaron que para este gremio la situación también es complicada, ya que la compra de sus materias primas y reposiciones abarca gran cantidad de recursos, los cuales muchas veces superan la oferta en el país.
Ciudadanos tienen problemas para ahorrar
Ciudadanos entrevistados por este medio coincidieron en que el principal reto para ellos es la compra de dólares para poder resguardar su dinero y ahorrar. Puesto que, a pesar de que hay entidades bancarias que ofertan, no satisfacen la demanda de sus usuarios.
En este sentido se ven obligados a comprar de forma particular, teniendo que pagar un precio más alto al de la tasa oficial para resguardar sus ingresos.
“No se me hace fácil, lleva como dos o tres meses que nadie puede comprar dólares con normalidad. Usualmente en el grupo de WhatsApp de mi residencia es donde compraba, pero ahora todos solo publican que compran dólares y cuando alguien los está vendiendo, es como si le quieren sacar provecho a eso: vendo pero a paralelo. La gente pierde demasiado dinero. Varias veces compro entre 40 bolívares y paralelo. Me parece un exabrupto y no se puede ahorrar en bolívares porque se devalúa”, expresó una joven de 23 años, residente de Puerto Ordaz.