domingo, 16 febrero 2025
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Producción nacional de café no llenaría espacios que ocupa el importado en los anaqueles

En la última cosecha de café, entre octubre de 2020 y enero de 2021 se recogieron, aproximadamente, 450 mil quintales de café verde, una de las peores zafras de la historia de caficultura en Venezuela. | Foto cortesía

La producción nacional de café no alcanzaría para llenar los espacios que dejaría el importado en los anaqueles si el gobierno de Nicolás Maduro ordenara retirar las marcas internacionales de este rubro como dijo recientemente el diputado a la Asamblea Nacional de Maduro, Freddy Bernal.

El parlamentario oficialista pidió, el 24 de mayo, que en un máximo de 15 días salga el café colombiano del mercado de Táchira, como una estrategia en aras de supuestamente recuperar la producción del producto en el país, que se ubica a niveles de los años 50, cuando en Venezuela se produjeron 38.542 toneladas, de acuerdo con el extinto Ministerio de Agricultura y Cría (MAC).

“La meta es recuperar la producción de café en el estado Táchira. Les doy 15 días a los comerciantes que traen café de Colombia para que lo saquen de sus anaqueles, no es posible que estén trayendo café colombiano, que es 10% café y 90% caraotas, que tienen un olor a café, y sigamos saboteando la producción tachirense”, declaró desde el salón de sesiones del Consejo Legislativo de Táchira.

En la última cosecha de café, entre octubre de 2020 y enero de 2021 se recogieron, aproximadamente, 450 mil quintales de café verde (20.700 toneladas, en promedio) una de las peores cosechas de la historia de caficultura en Venezuela. Esta supone una caída de 77% en comparación con las 91.877 toneladas que se cosecharon en 2001.

La producción de 2020 se vio afectada por un fuerte periodo de verano, que no permitió que el cultivo se desarrollara y por la poca fertilización que se realizó debido a los altos precios de los fertilizantes.

“La producción no alcanza para llenar los anaqueles en su totalidad. En el centro del país se ve mucho café brasileño y en las zonas fronterizas, como Táchira, colombiano. Pero la medida de recoger café de otros pueblos hermanos ayudaría a que el poco café que se produce pudiera salir a precios más altos que estimule al productor a seguir sembrando y que, en este momento de fertilización, pueda comprar los insumos necesarios para fortalecer este importante rubro que afecta a más de 50 mil familias venezolanas. Darle preferencia al café molido venezolano en los anaqueles podría aumentar un poco el precio del café y favorecer al productor, que está tan golpeado por la inflación”, dijo Diogledy Páez, productora de café y directora del rubro en la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro).

Luego de enfrentar severos ciclos de escasez, el país ha recuperado el abastecimiento de productos básicos y otros rubros desde 2019, por la masificación de las importaciones como consecuencia de las medidas que ha tomado el gobierno de Maduro, principalmente las flexibilidades de controles de cambio y de precios y la exoneración de impuestos arancelarios.

Páez señala que actualmente un quintal (46 kilos) de café verde que los caficultores venden a torrefactoras o a intermediarios, cuesta entre 80 y 85 dólares, cuando debería estar al menos entre 140 y 160 dólares, aproximadamente, para que pueda competir con los precios internacionales, que han estado subiendo. El kilo de café gourmet está entre 18 y 25 millones de bolívares.

No obstante, sostiene que en las condiciones actuales para la producción el quintal en Venezuela debería venderse en un precio más alto, debido a los múltiples factores que afectan severamente a los caficultores, principalmente los elevados precios de los agroinsumos y la crítica escasez de combustibles, que ha obligado a algunos a recurrir al mercado negro, donde venden el litro en dólares.

En la zona alta de Portuguesa llega una gandola con combustible cada 20 días, en promedio, dice la directora de Fedeagro, lo que imposibilita a los productores a realizar las labores en los cafetales que son permanentes durante el año y trasladar insumos y personal desde los centros poblados, zonas bajas y rurales hasta las unidades de producción, distancia que se recorre entre media y dos horas, dependiendo de la zona, agregó.

En este sentido, el presidente de la Unión Agrícola y Ganadera de los Andes (Unagandes), Antonio Escalona, alerta que un desabastecimiento de grandes proporciones está en puertas si el Gobierno venezolano no resuelve la crisis del combustible.

Escalona informó que 1.236 productores afiliados en esa organización realizan asambleas permanentes y sectoriales, para tratar de encontrar soluciones a la falta de combustible.

“La idea es colocar los productos en el mercado local y evitar el transporte de alimentos hacia Caracas, a los estados del centro y oriente por los múltiples problemas que afectan al país. En grandes ciudades, como Caracas, se comienza a sentir el desabastecimiento de alimentos. Coche, por ejemplo, el mercado mayorista de Caracas que abastece a los expendios de alimentos en la región central del país está inactivo porque no le está llegando mercancía”.