Diputados oficialistas, presidentes de empresas, líderes de la Federación Bolivariana de Trabajadores (FBT) y empleados activos protagonizaron la marcha oficialista “en respaldo a Nicolás Maduro y a la producción de la empresa”. Con una gran tarima, más de 10 buses, desvío de rutas y mensajes de texto invitando a salir, se dio la caminata que empezó en la plaza Monumento de CVG y terminó en el edificio de la Corporación Venezolana de Guayana.
Desde las 7:00 am había trabajadores de Ferrominera Orinoco y Bauxilum concentrados en la plaza cercana a Macrocentro II, mientras que los diputados del oficialismo Ángel Marcano y el precandidato a la Gobernación, José Ramón Rivero, participaban en un programa radial del otro lado.
A la mayoría poco les importó la presencia de los dos parlamentarios, muchos de los empleados de Cabelum, Comsigua, Ferrominera Orinoco, Sidor y Bauxilum se concentraban alejados del toldo y sin interés por lo que se decía, pese a que se hablaba en ese momento de la recuperación de las empresas y de contratos colectivos.
Pasada las 9:00 de la mañana los trabajadores se empezaron a concentrar a un lado de la vía para la caminata, sin medidas de distanciamiento, y sin muchos ánimos de marchar. Durante la actividad contaron con sonido para animar el evento, pero solo el grupo que permanecía en la parte delantera de la caminata gritaban y aplaudían al ritmo de los canticos de los dirigentes, tanto así que uno de los animadores dijo: “aparentemente atrás no se escucha”.
Más allá del miedo de algunos por declarar sobre sus motivaciones para acudir a la actividad, un trabajador de Ferrominera Orinoco que participaba en la concentración negó que hubiese asistido por sus propias intenciones. “Me mandaron un mensaje que tenía que venir para acá”, afirmó.
Con Maduro
Ya al frente de los portones de la corporación, los ánimos tampoco cambiaron, por momentos era solo silencio lo que acompañaba los discursos de los presidentes de empresa y diputados. “No nos rendiremos, aquí está la clase obrera de Guayana diciéndole al país, diciéndole a Nicolás, cuente con nosotros hermano de clases”, declaró el precandidato Rivero.
Además de alabar el “modelo de gestión” que, aseguró, permitió levantar la producción, también subrayó la importancia de las empresas básicas en el crecimiento del país. “No hay posibilidades de que podamos soñar con un 2021 de plena recuperación económica sin las industrias de Guayana”.
Las compañías que han empezado a reactivarse luego de que por la mala administración del Estado quedaran en cero, siguen estando lejos de los números que otrora significaron crecimiento y desarrollo para el país, sin embargo, la supuesta reactivación se ha sumado al discurso populista del régimen como un logro de gestión.
Por otro lado, desde que Rivero anunció su precandidatura a la Gobernación, ha sido respaldado tanto por Marcano, como por Pedro Perales, presidente de la Federación Venezolana de Trabajadores (FBT), una agrupación que se ha infiltrado en la mayoría de las empresas y que, al ser adeptos al proceso, se encarga de coordinar las movilizaciones de este tipo.
Sin embargo, Rivero no ha contado con el respaldo del movimiento oficialista de Sidor, Alianza Sindical, quien no ve con buenos ojos su candidatura y sigue respaldando a Justo Noguera, gobernador actual de Bolívar y quien no participó en la concentración en respaldo a Maduro.
Promesas de discusión de contratos
Buscando recordar años de bondades y, omitiendo la pérdida de beneficios consecuencia de la corrupción y mala administración del gobierno, Ángel Marcano señaló que antes de la llegada de Hugo Chávez al poder, los trabajadores no ganaban 80 dólares, mientras que “Con Chávez el salario mínimo de las básicas era de 500 dólares”.
“Comíamos bien, disfrutamos bien y entendimos que era posible con los recursos nuestros bien distribuidos podíamos vivir con dignidad, ellos nos destrozaron todo con la guerra económica”, aseguró, obviando nuevamente que la mala gerencia quebró a las empresas durante los momentos de mayor riqueza.
Marcano, ante los trabajadores, volvió a prometer que lucharán por derechos a los que la misma ala oficialista, incluida la FBT, renunció con la firma del memorando 2792 en 2018. Ofreció que para este año se discutirán los contratos colectivos y se anclarán los salarios y las prestaciones al petro, para que no sufran devaluaciones ante la inflación. “Vamos a recuperar el poder adquisitivo de los trabajadores”, dijo.
Pese haber destruido el comisariato, un abasto que a precios accesibles servía para la compra de alimentos a bajos precios de los trabajadores ferromineros, Marcano prometió la creación de supermercados a precios asequibles. “Vamos a montar un sistema de alimentación donde la gente pueda comprar a precio de costo y lo vamos a apalancar desde las empresas, para no ir más nunca a esos automercados que nos comen el salario a fuerza de inflación inducida”, afirmó.
Las prioridades son otras
Durante todo el mes de febrero trabajadores de las empresas básicas tanto del ala oficialista como adversos a las políticas del gobierno, han protestado por mejoras salariales. Las estatales pagan menos de 10 dólares quincenales y, pese a los reclamos que ha hecho el movimiento, en especial el siderúrgico, pocas han sido las atenciones por parte de los directivos de la CVG y los presidentes de las industrias.
Néstor Astudillo, presidente de la Siderúrgica del Orinoco, instó a los asistentes a mantener la unidad en las empresas. “No caigamos en juego, ni en guerra, ni en divisiones”, dijo a los poco más de 60 trabajadores que fueron llevados a la concentración.
Y aunque fue la misma estatal la que desactivó y prohibió el ingreso de más de 7 mil trabajadores a la planta desde marzo. El presidente de la siderúrgica invitó a no dejarse “confundir” y a sumarse en la recuperación de las empresas básicas.
Tanto a la FBT, como a los presidentes de empresas y diputados oficialistas, parece importarles poco el reclamo de los empleados por calidad de vida. Cabe recordar que más de cinco años llevan las estatales sin discutir contrataciones colectivas de acuerdo con lo amparado en la ley.
La mayoría de los aumentos o ajustes han sido sorpresivos y sin la debida discusión en asamblea con los trabajadores, tampoco se han vuelto a hacer elecciones sindicales y la mayoría de las organizaciones tienen sus periodos vencidos.