La recuperación del mercado laboral global, que perdió millones de empleos en la pandemia de coronavirus, se ha estancado en 2021 y refleja gran disparidad entre países avanzados y en desarrollo debido a factores como la desigual vacunación, alertó este miércoles la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
En su nuevo informe sobre los efectos de la COVID-19 en el trabajo, la OIT se muestra pesimista y calcula que a finales de año se habrá perdido el equivalente a 125 millones de empleos con respecto a 2019 (últimas cifras anteriores a la pandemia). En su anterior previsión de junio calculó 100 millones.
Vacunas y estímulos no llegan
El lento avance de la vacunación en muchas economías en desarrollo, que impide el regreso a sus actividades de los trabajadores, unido a la falta de medidas de estímulo fiscal en esas mismas economías, son los principales factores del estancamiento y también de la divergencia entre países ricos y pobres.
“Habíamos anticipado un crecimiento frágil pero estable tras el devastador impacto de la pandemia. Pero ese relativo optimismo se ha borrado debido a las nuevas olas de la COVID-19 y una recuperación económica más lenta de lo esperado”. Así lo destacó el director general de la OIT Guy Ryder al presentar las cifras.
En el tercer trimestre de 2021, la OIT calcula una pérdida de empleo equivalente a 136 millones respecto a 2019. Es algo menos que en el segundo trimestre (140 millones), pero más que en el primero (131 millones). Esto refleja la dubitativa evolución del mercado laboral mundial.
“El desempleo ha bajado pero la inactividad (personas que no buscan empleo) sigue siendo muy alta. Mujeres y jóvenes continúan estando desproporcionadamente afectados por la pérdida de trabajo”, analizó Ryder.
Evolución en 2 velocidades
A nivel regional, la disparidad se muestra en el hecho de que en Europa la pérdida de horas de trabajo respecto a los niveles prepandemia fue en el tercer trimestre del 2,5%. En Asia se situó en el 4,6 %, en África subió al 5,6%, en América fue de 5,4% y en los países árabes de 6,5%.
La tasa de vacunación es clave en estas disparidades en la pérdida de empleos, según la OIT. Más dosis administradas han supuesto en muchas economías un relajamiento de las restricciones en los lugares de trabajo.
Esa tasa de vacunación roza el 60% en las economías de altos ingresos y sólo es del 1,5% en los países más pobres. En términos laborales, esto se traduce en que en el tercer trimestre casi 2 tercios de los 136 millones de empleos perdidos -o equivalentes- se registraron en economías medias o bajas.
“Hay una evolución en 2 velocidades, en la que las economías de ingresos altos ya se han recuperado hasta cierto punto mientras que las de bajos ingresos siguen sufriendo gravemente por la pandemia”, dijo. El director general de la OIT dejará el cargo en marzo de 2022.
Un empleo creado por cada 14 personas vacunadas
La organización traduce la relación entre vacunas y empleo con una simple fórmula: por cada 14 personas a las que se le administra una pauta completa, se crea un puesto adicional de trabajo en el mercado laboral mundial.
Sin vacunas, por ejemplo, la pérdida de puestos de trabajo en el segundo trimestre de 2021 no hubiera sido de 140 millones, como calcula el informe de la OIT, sino de 174 millones.
De manera paralela, la desigual aplicación de medidas de estímulo para hacer frente al impacto económico de la pandemia causó desigualdad en la recuperación. El 86% de esos estímulos se brindaron en países de ingresos altos.
A la vista de todas estas cifras, la OIT no quiso vaticinar en este informe cuándo logrará el mercado laboral global regresar a las cifras de empleo de 2019. En junio anticipó que sería en 2023, pero esta vez, en palabras de Ryder, “podría retrasarse más”.
Más esfuerzos
Para el último cuarto de 2021 la OIT calcula que se pierda el equivalente a 94 millones de empleos respecto a 2019. La cifra es menor que en los trimestres anteriores pero aún es considerable.
Además, se corre el riesgo de que aumente no sólo por los problemas en la vacunación sino por factores como los cuellos de batalla en la producción industrial o la inflación.
Ante las perspectivas pesimistas, el máximo responsable de la OIT pidió más esfuerzos para “evitar la actual recuperación en 2 velocidades”, con medidas como una mejor distribución de vacunas en el mundo desarrollado.
“La acción a escala internacional, incluido el apoyo en los planos financiero y técnico, es primordial para facilitar una recuperación centrada en el ser humano”, concluyó el informe.