Según el último informe publicado por el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS), el gremio educativo ha protagonizado 1.714 protestas durante los primeros cinco meses de 2023.
Esto representa un aumento considerable en los índices de conflictividad, puesto que en el mismo período del año 2022 se registraron, apenas, 158 manifestaciones.
Desde enero del año los docentes han protestado para exigir mejores condiciones salariales y la discusión de un nuevo contrato colectivo. En el caso del estado Bolívar, el municipio Caroní ha sido en el que más se han desarrollado protestas, y según los educadores, la localidad también ha sido la que ha recibido más arremetidas de la Zona Educativa y autoridades escolares.
La indexación salarial y el respeto al artículo 91 de la Constitución son algunas de las principales solicitudes del gremio que, en el caso de Bolívar, resolvió ofrecer clases de forma interdiaria para contar con días de reclamo y realizar asambleas laborales.
¿El resultado? La apertura de procesos administrativos y amenazas de suspensión de salario por parte de las autoridades educativas, acusados de abandono de cargo, irrespetando la cláusula 82 del contrato colectivo de los docentes que respalda la asistencia de los educadores a asambleas laborales.
A propósito de esto, y en consonancia con los dirigentes sindicales, según el OVCS, Bolívar es el estado con mayor índice de reclamos, liderando la estadística con 59 manifestaciones.
Amedrentamiento y acoso laboral
La secretaria general del Colegio de Profesores de Caroní, Aída González, ha venido denunciando el acoso laboral al que son sometidos los maestros, a quienes las autoridades escolares acusan de violentar el derecho a la educación de los alumnos.
En respuesta, el gremio asegura que se mantienen en condiciones de pobreza extrema, debido al salario de menos de 7 dólares que perciben de forma mensual.
Asimismo, González manifestó que el incremento en bonificaciones anunciado por el Ejecutivo nacional no resuelve el problema de fondo, toda vez que sus derechos laborales siguen siendo violentados.
Docentes entrevistados por Correo del Caroní argumentan que han tenido que dedicarse a actividades secundarias como la venta de helados, la costura, la reventa de productos y el lavado de aires para poder alimentarse.