viernes, 16 mayo 2025
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La pulverización del bolívar en 12 años de madurismo

El sondeo mensual del OVF entre expertos en economía y finanzas señaló que el rango de precio de cierre en 2025 se ubica entre un mínimo de 100 y un máximo de 125 bolívares por dólar con una tendencia central de 115 bolívares.

El bolívar, la moneda de curso legal en Venezuela desde hace más de 140 años, ha experimentado una estrepitosa caída frente al dólar en los últimos meses, como consecuencia del proceso de destrucción continuo que ha sufrido en las últimas décadas.

Durante el primer trimestre del año, la moneda venezolana perdió 24,6% de su valor frente al dólar estadounidense, que sigue siendo la divisa preferida para la mayoría de las transacciones en Venezuela.

El tipo de cambio en el mercado oficial cerró la última jornada del mes de marzo en 69,56 bolívares por dólar, un aumento de 8,22% respecto al valor registrado a finales de febrero: 64,24 bolívares.

Mientras tanto, la brecha cambiaria en el país se acentúa, con el valor del dólar en el mercado paralelo por encima de los 100 bolívares.

Marzo es el sexto mes consecutivo con una sostenida devaluación del bolívar, con el que aún se pagan salarios, bonificaciones y pensiones, que pierden poder de compra a medida que aumenta el dólar.

El salario mínimo, ubicado en 130 bolívares desde marzo de 2022, equivale hoy a 1,59 dólares al mes, cuando un venezolano necesita unos 100 dólares mensuales, solo para gastos básicos en alimentación, según estimaciones independientes.

Pero, ¿cómo se explica la pulverización del bolívar durante la última década?

El economista venezolano Manuel Sutherland la atribuye a la expansión de la emisión de dinero sin respaldo, fundamentalmente por una ampliación de la base monetaria por el Banco Central de Venezuela, y a través de los préstamos del Banco Central de Venezuela a empresas no financieras, específicamente empresas petroleras de Pdvsa.

“Eso se debió, en primera instancia, a una bestial sobrevaluación del tipo de cambio, que creó un rezago cambiario, y luego, al tratar de cubrir el déficit fiscal, producto de la caída del precio y de la cantidad de petróleo exportado, del aumento de los costos dentro de Pdvsa, y de una reducción en la cantidad de divisas disponibles, se hacía imposible sostener un tipo de cambio tan bajo”, expresó.

Aseguró que, en la medida en que se profundizaba y agravaba la situación, el gobierno respondió, en un intento de cubrir esos vacíos fiscales, con emisión de dinero por las dos vías mencionadas: la ampliación de la base monetaria y los préstamos del Banco Central a Pdvsa.

“Se fue destruyendo el tipo de cambio hasta llegar a la hiperinflación de octubre y noviembre de 2017, que duró, más o menos, hasta 2020-2021”, dijo el economista.

Sin embargo, la génesis de los problemas económicos más graves del país surgió durante el gobierno del fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013), cuando se multiplicó la deuda pública externa del país, se estatizaron empresas privadas y agroindustriales sin control sobre sus gerencias, aumentó la dependencia al petróleo, se incrementó la restricción de divisas, entre otras cosas.

A juicio de Sutherland, se estaba construyendo un dique que tarde o temprano se rompería, siendo la población la principal víctima.

“Cadivi, el rezago cambiario, la idea de mantener una moneda ultra sobrevaluada, la hipertrofia del gasto, la congelación de las tasas de interés con tasas de interés reales negativas, la hipertrofia estatal, los gastos faraónicos con una corrupción tremenda, la imposibilidad de mantener los dólares que se generan en Venezuela dentro del país. Es decir, los dólares de la renta petrolera se fugaban, hubo la fuga de capitales más grande del mundo, en comparación con su PIB, por supuesto, y hubo una persecución y una serie de trabas enormes para la constitución de empresas altamente productivas en el agro, en la industria y en la parte tecnológica de servicio, en favor de un auge importador completamente fraudulento que fue construido por una corrupción inimaginable, dantesca, monstruosa, que iba a derivar en una crisis como lo hizo ya con el gobierno de Maduro cuando los precios del petróleo empezaban a caer un poco”, enumeró el también director del Centro de Investigación y Formación Obrera (CIFO).

Siete sistemas cambiarios en seis años

Al morir Chávez, el 5 de marzo de 2013, Nicolás Maduro asumió el rol de presidente interino hasta que el Consejo Nacional Electoral convocó a elecciones el 14 de abril de ese año.

Con una participación electoral cercana al 80%, la segunda más alta de los últimos 30 años, Maduro obtuvo en dichas elecciones, el 50,61% de los votos, contra el candidato de la Mesa de la Unidad Democrática, Henrique Capriles, que sumó 49,12%.

Las tensiones políticas por los ajustados resultados aumentaron, en tanto que el colapso económico venezolano se acercaba, con las primeras medidas aplicadas por el gobierno de Maduro.

2013: Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad)

Para el momento, ya existía el Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad) que, en marzo de ese año tras una devaluación de casi 32% del bolívar, reemplazó al llamado Sistema de Transacciones con Títulos en Moneda Extranjera (Sitme), el procedimiento que permitía obtener divisas a una tasa superior a la oficial.

En noviembre de 2013 se creó el Centro Nacional de Comercio Exterior (Cencoex) para administrar el control cambiario y las políticas relacionadas con el comercio exterior, importaciones, exportaciones e inversiones extranjeras.

Cencoex reemplazó a Cadivi, el organismo que desde 2003 administraba las divisas, controlando la compra y venta de dólares y euros, bajo ciertas condiciones y limitaciones.

2014: Sistema Cambiario Alternativo de Divisas

En marzo de 2014, Venezuela pasó a tener tres tipos de cambio oficial con la entrada en vigencia del Sistema Cambiario Alternativo de Divisas, manteniéndose un cuarto tipo no oficial, denominado dólar paralelo:

Dólar oficial: se ubicó en 6,30 bolívares por dólar para importaciones prioritarias de alimentos y medicinas, y deuda pública.

Sicad I (Sistema Complementario de Administración de Divisas): inició en 11,30 bolívares por dólar para importación de bienes no esenciales y estudiantes en el exterior. Dicho valor entraba en una subasta mensualmente y aumentaba de manera controlada y muy limitada.

Sicad II: su precio se ubicó en 51,80 bolívares. Destinado, inicialmente, para viajeros y mensualmente aumentaba.

Dólar paralelo: se ubicó en 60 bolívares por dólar cuando entró en vigencia el Sistema Cambiario Alternativo de Divisas.

2015: Sistema Monetario Marginal (Simadi)

Casi un año después, el 10 de febrero de 2015, apareció el Sistema Marginal de Divisas (Simadi), que permitía la venta de divisas a una tasa de cambio libre, manteniendo la compra de productos prioritarios (alimentos y medicinas) a una tasa de 6,30 bolívares.

En el primer día de operaciones quedó en 170 bolívares por dólar, 27 veces mayor que la tasa oficial básica de 6,30 bolívares.

2016: Divisas protegidas (Dipro) y Tipo de Cambio Complementario (Dicom)

El 9 de marzo de 2016, el vicepresidente Económico para el momento, Miguel Pérez Abad, anunció un nuevo sistema cambiario con la promesa de “proteger la economía nacional”, denominado Dipro (Divisas protegidas) y Dicom (Tipo de Cambio Complementario).

El primero, entró en vigencia con una tasa preferencial de 10 bolívares por dólar, dirigido únicamente para bienes y servicios, y remesas identificadas como prioritarias; mientras que el Dicom arrancó en 206 bolívares por dólar, que incluía las operaciones de venta de divisas generadas por las exportaciones, la venta de hidrocarburos y de las empresas básicas.

Uno de los afectados con esta medida fueron las personas que viajaron al extranjero porque pagaban una tasa 1.500% más alta a la que se aplicaba hasta el momento porque, en el esquema anterior, los venezolanos pagaban 13 bolívares por dólar al obtener divisas para viajar.

El 7 de diciembre de ese año, el BCV anunció la ampliación del cono monetario con seis nuevos billetes, en respuesta a la depreciación del bolívar, que ya había perdido 59% de su valor.

2017: reforma del Dicom

Cinco meses después, en mayo de 2017, el Ejecutivo anunció una reforma del Dicom. Debido a la crisis, Maduro decidió aplicar una estrategia para contener el tipo de cambio que consistió en controlar la demanda de dólares, disminuyendo la emisión de bolívares -necesarios para comprar divisas- a través de la reducción del gasto público y la restricción de la financiación.

El nuevo sistema Dicom permitía la compra-venta de divisas a cambio de moneda local, a través de subastas de divisas administradas, reguladas y dirigidas por el Comité, el cual es un nuevo órgano interno del Banco Central de Venezuela.

En estas subastas podían participar personas naturales, personas jurídicas del sector privado y el BCV como oferentes (vendedores) o demandantes (compradores) de divisas.

Sin embargo, eso no contuvo la depreciación de la moneda nacional, que en la primera semana de diciembre se devaluó 17% respecto al dólar estadounidense.

2018: Sistema de Tipo de Cambio Complementario Flotante de Mercado

Para febrero de 2018, en su intento de revivir la compra y venta de divisas, el gobierno puso en marcha un nuevo control cambiario que se llamó Sistema de Tipo de Cambio Complementario Flotante de Mercado y mantuvo las siglas Dicom. Con él, se eliminó el tipo de cambio de 10 bolívares, correspondiente al Dipro (Divisas Protegidas), que estaba vigente desde marzo de 2016.

La tasa resultante de la primera subasta de divisas quedó fijada en 29.000 bolívares por cada dólar, según datos publicados por el BCV, una devaluación cerca del 86,6%, muy lejos de los 248.000 bolívares que marcaba para el momento la web DolarToday y que el gobierno consideraba como “dólar criminal” o “de guerra” y al que culpaba de la hiperinflación.

La tasa del Dicom aplicaba para todas aquellas operaciones de liquidación de monedas extranjeras del sector público y privado.

Después de las elecciones presidenciales de mayo de 2018, en las que los principales partidos de oposición no participaron, Maduro lanzó un paquete de medidas económicas centradas en la devaluación de la moneda, el uso del petro como unidad de cuenta, el alza de salarios e impuestos, entre otros.

Además, el BCV permitió que las casas de cambio aceptaran remesas a un valor superior al de la tasa de referencia de las subastas y, aunque inicialmente se aproximó al dólar paralelo, la diferencia se fue ampliando progresivamente.

El uso del petro, como unidad de cuenta, fue el medio para establecer un nuevo tipo de cambio, en medio de la peor crisis económica del país.

El Ejecutivo estableció que, desde el 20 de agosto de 2018, el valor del petro sería 3.600 bolívares, unos 60 dólares, al igual que un barril de petróleo, lo que generó que el valor oficial de la moneda estadounidense en Venezuela pasara de 2,48 bolívares soberanos a 60 bolívares soberanos, una devaluación de 95,8%.

Tres meses después, el gobierno elevó el valor del petro a 9 mil bolívares soberanos, por lo que la tasa de cambio pasó de 85,87 a 151,64 bolívares soberanos, una devaluación de 43,37%.

Después, en la búsqueda por igualar al paralelo que, para el momento superaba los 700 bolívares soberanos, se generó una aceleración en el tipo de cambio oficial que cerró el año por encima de los 500 bolívares soberanos.

2019: del Dicom a las mesas de cambio

En mayo de 2019, el BCV pasó del esquema Dicom al de mesas de dinero del sistema financiero. Para ello, las instituciones bancarias fueron habilitadas para actuar como operadores cambiarios y pactar, a través de sus mesas de cambio, entre clientes de la institución o en transacciones interbancarias por parte de personas naturales y jurídicas.

Desde entonces, el BCV, conforme a la información que suministren los operadores cambiarios, publica diariamente en su página web el tipo de cambio promedio, ponderado de las operaciones transadas en las mesas de cambio.

A lo largo de 2019, el bolívar se depreció de manera constante en comparación con la divisa estadounidense. Sin embargo, en los últimos siete meses se aceleró el proceso debido a un incremento de la liquidez en la economía venezolana gracias al aumento del gasto público en ese período.

Para el año 2020, Venezuela continuaba inmersa en una profunda hiperinflación, que pulverizó el poder de compra de los ciudadanos. Entre la primera y la última semana de ese año, el bolívar se depreció 95,30%.

En octubre de 2021, se eliminaron seis ceros al bolívar e inició el nuevo sistema monetario basado en el Bolívar Digital.

Minimizar el uso del dólar vs aumentar el uso del bolívar

En un esfuerzo por minimizar el uso del dólar en las transacciones comerciales, el gobierno creó en febrero de 2022 el Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras (IGTF), un impuesto de 3% sobre las operaciones en divisas o criptomonedas en todo el territorio nacional. Los bancos, por su parte, agregaron una comisión del 0.8% a los retiros de moneda extranjera calificados como Contribuyentes Especiales por el Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria y una comisión del 0.25% por la compra de divisas.

En 2024, el bolívar se devaluó 30,9% frente al dólar, al pasar de 35,9 a 52,02 bolívares en el mercado oficial. Este deterioro se aceleró durante el último trimestre del año, rompiendo con la relativa estabilidad que se mantuvo entre enero y octubre.

No obstante, esta caída fue menor en comparación con 2023, cuando el bolívar perdió 51% de su valor y el dólar se duplicó en el mercado oficial.

¿En cuánto cerrará el tipo de cambio en 2025?

La Encuesta de Expectativas Económicas del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) proyectó el pasado mes de febrero que el tipo de cambio oficial cerrará el año 2025 en 112 bolívares por dólar.

El sondeo mensual del OVF entre expertos en economía y finanzas señaló que el rango de precio de cierre en 2025 se ubica entre un mínimo de 100 y un máximo de 125 bolívares por dólar con una tendencia central de 115 bolívares.

“Lo más normal es que el tipo de cambio siga desplazándose e incrementándose hasta que, de alguna manera, llegue a un punto más cercano a su valor real. Todo el mundo sabe que el tipo de cambio está sobrevaluado, pero el cálculo del mismo tampoco es sencillo porque hay poca data y números, y hay una internacionalización del circulante muy grande en Venezuela”, expresó Sutherland al ser consultado sobre la proyección del tipo de cambio oficial al cierre del primer semestre del año.

El economista agregó que, como estrategia para contener la depreciación del bolívar y evitar el alza del dólar en el mercado paralelo, se podría implementar la unificación del tipo de cambio, pero destacó que solo se podrá lograr cuando éste refleje “un valor verdaderamente sostenible y real”.

“Ese valor tiene que partir de evitar que este valor dependa de la cantidad de divisas que el petróleo genere, porque en un momento el petróleo puede generar bastantes divisas y puede sobrevalorar el tipo de cambio de manera sostenida y eso trae graves problemas. Entonces, cuando la disponibilidad de divisas baja, el tipo de cambio no se puede sostener y vienen las depreciaciones grandes o las micro depreciaciones que se acumulan hasta llegar a ser muy grandes”.

A su juicio, la idea sería que el tipo de cambio refleje la capacidad productiva de la industria y el agro, fundamentalmente productividad, “que es bajísima”, pero que permitiría tener un tipo de cambio subvaluado donde el ingreso petrolero no sea el determinante para la fijación del mismo y se pueda sostener de manera tranquila.

“El problema es que el gobierno sigue dando enormes préstamos a empresas públicas, y emitiendo dinero sin respaldo, creando capital ficticio, de manera dramática. Eso siempre va a atacar al tipo de cambio y va a llevar al país a una anarquía monetaria, cambiaria y económica, generando dificultades. Entonces, la cuestión es que se debe sincerar el precio del tipo de cambio general y sacar a los petrodólares de la fijación del mismo”, concluyó.