No hubo cadena, ni anuncio oficial, ni siquiera un tuit de algún miembro del alto gobierno de Nicolás Maduro el 6 de marzo cuando se conoció que una centena de estaciones de servicio en Venezuela pasaron de vender gasolina subsidiada a precio internacional de 0,5 dólares por litro.
El efecto de esta repentina medida no se hizo esperar y el lunes 7, las gasolineras que ofrecen el subsidio amanecieron repletas de gente a bordo de vehículos con la intención de llenar sus respectivos tanques.
Desde inicios de mes, usuarios denunciaron que los cupos para surtir combustible correspondientes al mes de marzo no habían sido activados en la página web del Sistema Patria.
El gobierno dijo que ahora de ahora en adelante la gasolina subsidiada se asignará a los monederos entre los días 2 y 26 de cada mes, dependiendo de los dos últimos números de cédula.
Para el economista Luis Oliveros la decisión de ir reduciendo el subsidio de gasolina de 0,10 bolívares por litro es necesaria para un país que no posee el músculo financiero para mantener este beneficio.
Oliveros sentenció que los subsidios se ofrecen a la población cuando hay un Estado que genera suficientes recursos y aparta una cartera para beneficiar a los que menos tienen.
“Los venezolanos estamos aprendiendo que los subsidios no son buenos si no hay un gobierno que genere ingresos suficientes, los subsidios en Venezuela no son sostenibles en el tiempo y no han generado un bienestar general”.
El también economista y experto en materia energética José Toro Hardy dijo que el Gobierno venezolano ya no posee los recursos para financiar el déficit fiscal y que el alza del precio del barril de petróleo producto de la invasión de Rusia a Ucrania no traerá mayores beneficios para la administración de Maduro.
“Porque lo que nosotros producimos son básicamente crudos extrapesados provenientes de la Faja del Orinoco que no son comercializables en la forma en que se producen. Tenemos que importar condensado de Irán a un alto precio para poder diluir nuestros crudos y lograr una mezcla tipo merey que es la que sirve de dieta a nuestras refinerías”.
Toro Hardy aseguró que la ecuación es básica. “A Pdvsa las cuentas no le están dando y por eso se ve obligada a aumentar el precio de la gasolina”.
El economista señaló que los barcos repletos de combustible proveniente de Irán ya no están atracando en los puertos, sin embargo, Venezuela sigue sin producir suficiente gasolina para abastecer a la población.
“Por eso vemos que en el interior del país hay mucha escasez de gasolina”.
Paga el pueblo
Luis Oliveros manifestó que aunque la mayoría de los venezolanos no posee vehículo, esta medida de ir dolarizando progresivamente las estaciones de servicio perjudicará a aquel que no tenga acceso a divisas o perciba un sueldo insuficiente para satisfacer tal necesidad.
Para Toro Hardy los efectos en la población pueden ser contundentes.
“El impacto del aumento del precio de la gasolina y también del diésel va a ser muy fuerte para la población. El diésel tiene mucho que ver con la producción agrícola del país porque son tractores y camiones los que transportan los alimentos, igualmente se usa para que las plantas generen electricidad ante el colapso del sistema eléctrico nacional”.
Oliveros indicó que el subsidio a la gasolina no es regresivo.
“No es que por eso disfrutemos de mejores servicios. Por otro lado, le quitas el subsidio a la gente pero no tienes cómo compensarlo con un sistema de transporte público de calidad”.
Agregó que en la mayoría de los países del mundo, la gasolina tiene un costo muy elevado. “Y Venezuela todavía sigue vendiendo a pérdida”.
Recordó que por mucho tiempo, Venezuela prácticamente regalaba la gasolina y ahora estamos pagando esa negligencia.
Carnet de la patria para el tanque de los transportistas
El pasado 6 de marzo, transportistas bloquearon parcialmente la avenida Rómulo Gallegos en Caracas en una protesta por la dolarización de la gasolina. Los manifestantes alegaban que alrededor de 20 estaciones de servicio en Caracas pasarían a cobrar precio internacional.
Jiménez informó que en Caracas, 11 estaciones de servicio se encargan de surtir al transporte público.
Sostuvo además que el gobierno pretende implementar una nueva modalidad para los responsables del transporte colectivo.
Jiménez manifestó que los transportistas siempre han abogado por cancelar el precio de la gasolina y que este no sea 100% subsidiado.
“Porque sabemos que esto va a repercutir en la calidad del servicio, pero al mismo tiempo, si deciden retirar completamente el subsidio, no tendremos otra opción que elevar el precio de los pasajes”, agregó.
Aseveró que el pasaje en transporte colectivo debería estar anclado a la tasa del dólar del Banco Central de Venezuela. “El precio debería ser 20 centavos de dólar porque para mantener un vehículo no solo se necesita gasolina, también repuestos cauchos y baterías”.