Jubilados y pensionados de distintos estados de Venezuela salieron a las calles este domingo a protestar para exigir una mejor condición de vida y buenas reivindicaciones sociales y salariales, en conmemoración del Día del Adulto Mayor en Venezuela.
Con consignas, pancartas y declaraciones de algunos representantes de asociaciones y miembros de la sociedad civil, adultos mayores se movilizaron en los estados Lara, Distrito Capital, Aragua, Cojedes, Bolívar, Portuguesa, Vargas, Miranda para exigir sus derechos.
Asimismo, trabajadores del sector educación y salud estuvieron acompañando la concentración y quienes también elevaron su voz apoyando a los jubilados y pensionados.
“Exigimos atención, calidad de vida, que miren hacia donde esta ese sector (adultos mayores) que por muchos años dio esfuerzo y trabajo para que Venezuela fuera diferente. No hay derecho que el adulto mayor esté viviendo en estas condiciones”, expresó Debora Velásquez, presidenta de la Asociación de Profesores de la UCLA y miembro activo de la coalición intersectorial de trabajadores del estado Lara.
Personas de la tercera edad han llevado a cabo desde hace varias semanas varias manifestaciones de forma pacífica para hacerse notar por parte de las autoridades y exigir, entre otras cosas, que lo que reciben de pensión sea lo establecido en la Constitución: el valor de la canasta básica, que de acuerdo al Observatorio Venezolano de Finanzas ronda en los 400 dólares mensuales.
El coordinador de jubilados y pensionados en Bolívar, José Castellanos, calificó de “triunfo” la jornada de protestas en el país y agregó que el 31 de mayo irán a la Comisión de Desarrollo Social de la Asamblea Nacional donde tendrán derecho de palabra, por lo que pidió a la ciudadanía que los acompañen al Palacio Federal Legislativo.
Por su parte, el presidente de la Federación de Jubilados y Pensionados, Emilio Lozada, dijo el 20 de mayo que la idea era, además de reclamar por las pensiones bajas, buscar hacer alerta sobre la situación de aquellas personas de la tercera edad que están recluidas en hogares de cuidado, lugares que se encuentran actualmente abandonados por falta de dinero.