El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha ajustado al alza su previsión de crecimiento del producto interior bruto (PIB) para Latinoamérica y el Caribe, elevando la estimación para 2024 a 2,1%, mientras que para 2025 la sitúa en 2,5%. Sin embargo, estas cifras siguen siendo notablemente inferiores a las de otras economías emergentes y en desarrollo, que crecieron 4,4% en 2023 y se espera que mantengan un crecimiento del 4,2% en los próximos dos años.
En su informe de perspectivas económicas mundiales (WEO, por sus siglas en inglés), el FMI señala que, a pesar del crecimiento del 2,2 % registrado en 2023 en la región, los pronósticos futuros son inciertos. Venezuela, en particular, destaca con un crecimiento del 3% proyectado para 2024, manteniendo la misma cifra para este año, después de 4% en 2023.
Las economías más grandes de la región, Brasil y México, presentan variaciones significativas en sus proyecciones. Para Brasil, se espera un crecimiento del 3% en 2024, un incremento de 9 décimas respecto a las previsiones anteriores, gracias a un aumento en el consumo privado y la inversión. No obstante, la proyección para 2025 se ajusta a la baja, con 2,2% debido a una política monetaria restrictiva y un enfriamiento del mercado laboral.
El informe también incluye datos sobre Argentina, cuyo PIB retrocedió un 1,6% en 2023, pero se prevé que caiga hasta 3,5% en 2024 antes de experimentar un repunte del 5% en 2025.
La inflación en la región se incrementó del 14,8% en 2023 al 16,8% este año, con una esperada disminución al 8,5% en 2025. A pesar de esta tendencia, la mayoría de los países de Latinoamérica y el Caribe han visto una disminución significativa de las tasas de inflación respecto a sus picos anteriores.
Petya Koeva Brooks, directora adjunta del Departamento de Investigación del FMI, comentó que la región “siempre es complicada de explicar” debido a la diversidad y las particularidades de cada país. El FMI mantiene su previsión de crecimiento global en 3,2% para 2023, pero reduce las proyecciones para 2025.