La empresa privada Ferroatlántica de Venezuela (Ferroven) designó este martes una comisión técnica con el objetivo de reiniciar el diálogo con el Ministerio de Energía y Minas para la gestión de las materias primas necesarias para reactivar la producción de la empresa, que está paralizada desde hace cuatro años.
La comisión estará integrada por un representante de la organización sindical UnisintraFerroven, un representante legal de la compañía y un representante de la Central Bolivariana Socialista del Trabajo y se formalizará en la segunda reunión de mesa técnica, programada para el 9 de marzo.
La creación de esta comisión es el resultado de una reunión sostenida por los trabajadores y representantes de UnisintraFerroven, este martes 9 de febrero en la oficina del Ministerio del Trabajo, en Puerto Ordaz.
“Queremos que se logre una reactivación a mediano o largo plazo. Estamos claros en eso, en que no será fácil en este contexto. Pero lo importante es que comencemos a gestionar puntos de contacto con otras empresas que permitan la reactivación”, manifestó Juan Carlos Rojas, secretario de UnisintraFerroven.
Rojas explicó que con la comisión también se busca entablar un diálogo que devenga en un convenio estratégico con las principales compañías que consumían las ferroaleaciones producidas por Ferroven: Complejo Siderúrgico Nacional Planta Casima y la Siderúrgica del Orinoco (Sidor), en caso de que ambas empresas comiencen a producir en algún momento, aunque hoy operan a menos de 1% de su capacidad.
La compañía se mantiene paralizada, mientras el desgaste de los equipos amenaza su potencial de producción |
Ferroven tiene cuatro hornos, tres de ferrosilicio y uno de ferrosilicomanganeso, todos apagados en la actualidad por falta de materia prima y energía eléctrica.
La producción de la estatal comenzó a decaer en 2016. En octubre de ese año iniciaron los acuerdos de flexibilización laboral en el que solo 30% de los trabajadores se quedó en la planta porque solo un horno había quedado operativo.
Hoy, de al menos 175 trabajadores, los únicos que asisten a la empresa que antes podía exportar hasta 70% de su producción en sus años dorados, son solo personal administrativo de nómina y finanzas.
Sobre la reactivación de la compañía hay dos posturas en el sindicato de Ferroven: quienes ven factible la búsqueda de nuevos inversores o negociar con el Estado para que se convierta en una empresa mixta y quienes sostienen que el camino correcto a trazar es una alianza entre sectores privados y el Estado, pese al historial de expropiación del Gobierno nacional y la inestabilidad económica del país.
Otros piden renacionalizar la empresa, aunque ninguna de las industrias tuteladas por la Corporación Venezolana de Guayana opera a más de 5% de su capacidad.
Ferroven es una filial venezolana de FerroAtlántica, S.A., que es una empresa gallega con sede en Madrid. Por la paralización del parque industrial de Guayana y porque en ese contexto las ganancias de Ferroven eran inciertas, en 2018 la sociedad saneó su participación en Ferroven por 63, 8 millones de euros.
Para el momento sostuvo que mantendría solo operaciones locales hasta que en el país se restablecieran condiciones de libre mercado, que hasta ahora no son posibles.
“Pero los trabajadores estamos apostando por el reinicio de las actividades de nuestra planta, si todos remamos juntos. Que el consorcio mundial de FerroAtlántica se acuerde que aquí hay trabajadores con 30 y hasta 40 años de servicio, que son los que sacaron producción adelante y esos trabajadores están necesitando el apoyo de un patrón que pueda ver el lado humano de la fábrica, que pueda ver que hay padres de familia que dependen de esto”, manifestó el secretario general de UnisintraFerroven, Israel García.
La compañía se mantiene paralizada, mientras el desgaste de los equipos amenaza su potencial de producción.