@g8che
La fuga de cerebros es una de las pérdidas más grandes de Venezuela en los últimos años, no solo por el recurso económico invertido en el talento humano, sino por los proyectos que pudieron realizarse con ese conocimiento y que nunca se completaron.
Mientras los proyectos permanecen engavetados, la industria de Guayana sobrevive como puede como consecuencia de las erróneas políticas de gobierno y la pérdida de talentos y conocimientos, que abandonaron las industrias cansados de que se priorizaran intereses políticos, por encima de la producción.
Jesús Álvarez, ingeniero mecánico graduado en 1987 y con una maestría en Diseño y Manufactura del Instituto de Tecnología de Illinois que logró a través del Consejo Nacional para Investigaciones Científicas y Tecnológicas (Conicit), tiene esa mezcla: talento y conocimiento.
Empezó en Venalum en la gerencia de Investigación y Desarrollo a finales de la década de los años 90. Durante su labor en la empresa logró diseñar un nuevo sistema de alimentación de alúmina en las 905 celdas reductoras con las que contaba la estatal y colaborar en el diseño mecánico de las celdas de fabricación venezolana V-350 para la creación de una nueva línea. “No se cristalizó aun cuando estuvo a punto, el proyecto tuvo su presupuesto y se hizo toda la ingeniería para instalarla”.
Además, asesoró en el sistema de montaje y mantenimiento del sistema de conexión de las celdas y desarrolló el concepto para la descarga de alúmina importada, algo que en sus 30 años de servicio nunca había sucedido en la empresa.
Proyectos sin cumplir
Para Álvarez, había potencial para mayores cosas como la creación de empresas de productos acabados. “El potencial era importante sobre todo teniendo las industrias pesadas que podían suministrar la materia prima”, comentó, recordando a su vez que en un momento Venalum exportaba 70% de lo producido.
Entre sus ideas, junto a otros colegas del aluminio, estaban desarrollar proyectos para la elaboración de radiadores o implementos médicos como muletas, pero además de las limitantes económicas y de inversores, también pesó la inseguridad jurídica y los temores de expropiaciones que por largo tiempo fueron ejecutadas por el chavismo. De pensar en potenciar la industria y generar empleo, se trabajaba por subsistir y no dejar ir al suelo el sector aluminio.
Pero además de que los proyectos en los que aportó conocimiento no fueron aprobados, la industria del aluminio sufrió más que un estancamiento industrial y tecnológico. En 2009 el entonces presidente Hugo Chávez ordenó el desmontaje de 360 celdas en Venalum matando más de un tercio de la empresa. “Ahí empezó la debacle, el deterioro”, recuerda.
“Para ellos la prioridad era cualquier acto político, que sacar la empresa adelante, si había un problema operativo y había un mitin en Caracas, la prioridad era mandar los autobuses, no importa que nos faltaran obreros para trabajar”, recuerda el ingeniero.
Conocimientos en el olvido
En 2018, año en el que se jubiló de la estatal, no pasaba por su mente la idea de migrar, pero ya Venalum producía en mínimas condiciones. “Vi la empresa, los presidentes como iban desfilando y cómo se iba administrando todo (…) Venalum llegó a diciembre operando, pero en marzo cerró (…) duró tres meses más de lo que yo había pronosticado”.
En las industrias, dice, no se valoraba el conocimiento, el desarrollo ni el crecimiento productivo. Uno de los momentos más decepcionantes en su etapa en Guayana, cuenta, fue cuando lo enviaron a Alcasa a colaborar en un proyecto de V Línea para instalar, al igual que habían intentado en Venalum, las celdas V-350.
Durante este proceso coordinó la ingeniería y la parte técnica del proyecto, pero luego de haber avanzado y que trabajadores de Alcasa estuvieran emocionados con el proyecto, nunca se concretó por instrucciones “superiores”.
Tres años después de jubilarse, Venalum produce a menos de 10% de su capacidad instalada y se discute desinstalar celdas, mientras que las líneas III y IV de Alcasa fueron desmanteladas a finales de 2020. “No les importa dejar las cosas morir”, lamenta.
Diseños para Renault en España
Luego de jubilarse, pensó quedarse en Bolívar y dedicarse a otros proyectos alejados del aluminio, pero un atraco a su hermano lo hizo desistir de la idea. Vendió algunos bienes y con los menos de mil dólares que recibió de jubilación, migró a España con 56 años, uno de los factores que temía como desventaja cuando se marchó.
Tras conseguir el permiso de trabajo y ser enviado a la provincia de Sevilla, al sur de España, empezó a entregar postulaciones en distintas empresas y consiguió un mes de prueba en una empresa de programación y automatización de procesos industriales. Luego de demostrar sus capacidades de diseño de piezas, logró ser contratado trabajando a distancia.
Entre los proyectos en los que trabajó está el diseño de un sistema que sujeta los engranajes de las cajas de velocidad de los vehículos de la fábrica Renault para completar las pruebas de calidad que realiza la empresa automotriz. “Todo tiene que estar perfectamente, a la décima o centésima de milímetro para que eso calce perfectamente (…) Una de las cosas más exigentes es la precisión que debe tener”, cuenta.
Actualmente, trabaja en el diseño de una máquina que ensambla tomacorrientes para la automatización en el embalaje de estas piezas y espera comenzar pronto el diseño de otros elementos para la fabricación de vehículos Renault.
Álvarez explica que hay distintas empresas que fabrican robots, pero donde trabajan se diferencian en que programan al robot para que trabaje de la forma que ellos quieren y, en su caso, él le da las manos para que pueda adaptarse a lo que necesite ser sujetado, ensamblado o procesado.
El ex trabajador del sector aluminio es agradecido con su trabajo, pues ha sido reconocido y valorado por la empresa: “La empresa está desarrollando esta área mecánica gracias al apoyo que les estoy dando y de alguna forma ellos se sienten con más fortalezas a la hora de solicitar trabajos que tienen componente mecánico”.
Incursión en energías limpias
En julio de 2020 consiguió un segundo trabajo en H2B2, una empresa tecnológica con proyectos de generación de energía limpia y renovable. En esta es el encargado de diseñar las tuberías de acero inoxidable fundamentales en el ensamblaje de electrolizadores para la producción de hidrógeno verde.
La electrólisis, específicamente en el área donde están trabajando, es un proceso en el que se utiliza una corriente eléctrica directa, generada de energía renovable, para disociar la molécula de agua en sus componentes: oxígeno e hidrógeno.
Explica que estas tuberías conducen el agua hasta el equipo al que se le suministra electricidad -generada de energía renovable- para hacer el proceso de separación de oxígeno e hidrógeno. “Todo este proceso que se lleva a estos equipos es a través de tuberías que van interconectadas, como unas micro refinerías, que van de un equipo a otro”, explica.
El hidrógeno es un gas y el elemento químico más ligero y abundante en el universo, pero desde hace años es producido de forma contaminante, algo que Álvarez busca revertir.
En España hay importantes avances para utilizar el hidrógeno verde producido a través de electrólisis y no solo por inversión privada, también por políticas de Estado. A finales de 2020 el gobierno español destinó 1.500 millones de dólares para el desarrollo de esta actividad y la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, dijo a comienzos de 2021 que el hidrógeno verde es para España un “proyecto país”.
Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), el hidrógeno producido a través de energía renovable ahorraría 830 millones de toneladas anuales de CO2 que se originan cuando este gas se produce mediante combustibles fósiles.
El guayanés, quien tiene menos de un año en esa empresa, colaboró en los primeros meses en el diseño de unos componentes para un electrolizador que se arrancará en las próximas tres semanas en Dubai.
Actualmente, el ingeniero está trabajando en el diseño de tuberías para una nueva electrolizadora encargada por una empresa de envíos, que comenzará a utilizar hidrógeno para sus equipos de carga y vehículos de transporte. “El hidrógeno se está viendo como un medio de energía para carros, camiones, en vez de usar gasolina, usen hidrógeno, puede ser una medida futura”, relata.