Residentes de la parroquia Unare, cercanos a la zona industrial Matanzas en Puerto Ordaz, se han visto afectados en las últimas semanas por pestilencias de dióxido de azufre (SO2), a causa de la reciente calcinación de coque en la empresa Productora Bauxita Sinterizada (Probasin).
“Tenemos 30 años acá y nunca nos había pegado un olor así”, dijo una comerciante cercana a la compañía. “Aquí en la zona industrial sabemos que hay polvo porque es una zona industrial, pero no ese olor tan horrible”, añadió.
La mujer señaló que desde que se inició la producción de coque calcinado el olor le ha secado la boca, se ha ensuciado las cercanías a su local y le ha afectado incluso con la mascarilla puesta.
Ese es un olor nauseabundo y contaminante. Eso cuando está prendido, esto se pone negro, uno anda con ganas de vomitar… mal, mal”
Pese a la acumulación de polvos y malos olores, no han sido visitados por funcionarios de ambiente para explicar la problemática y orientarlos. “Quisiera saber qué tipo de problema tendríamos nosotros al inhalar ese dióxido, este trabajo es mi sustento a largo plazo ¿qué me puede pasar a mí?”, se cuestionó.
Otro de los afectados coincidió en que, tras 25 años trabajando en Matanzas, no había sido afectado de esta manera. “Ese es un olor nauseabundo y contaminante. Eso cuando está prendido, esto se pone negro, uno anda con ganas de vomitar… mal, mal”, mencionó.
Pidió asistencia del Ministerio del Ambiente para tomar medidas contra la contaminación que están sufriendo. “Los vigilantes me dicen que lavan sus utensilios de cocina y cuando los van a volver a ver están negros y uno no sabe a quién acudir”, agregó.
Venezuela y su historia con el coque
En noviembre de 2019, Nicolás Maduro anunció una “alianza estratégica” entre Carbones del Orinoco (Carbonorca) y Probasin para la producción de coque calcinado utilizado para la posterior creación de ánodos de carbón, esto con el fin de disminuir las importaciones.
Según un video de la Corporación Venezolana de Guayana, en junio de 2021 se recuperaron los calcinadores para el procesamiento de coque de petróleo traído de Anzoátegui. “Vamos a empezar a hacer el barrido, para empezar a calcinar en esta planta”, expresaba un trabajador mientras saludaba al presidente de la CVG, Pedro Maldonado.
Anteriormente, estos olores no afectaban a los guayaneses. La razón, explica un experto del sector aluminio que prefirió mantener su nombre bajo reserva, es que el coque venezolano es alto en níquel y vanadio, lo que contamina el aluminio primario producido en empresas como Venalum o Alcasa, por lo que se optaba por importar este insumo.
En 2010, Carbonorca intentó desarrollar proyectos para la calcinación de coque venezolano, pero el plan nunca se ejecutó, hasta este momento donde la “optimización” de los recursos es urgente para el gobierno tras la destrucción de las industrias y la caída de los ingresos.
Probasin, antiguamente Norpro de Venezuela, pertenecía al grupo francés Saint Gobain, hasta que fue expropiada por Hugo Chávez en 2011. “Esa empresa está diseñada para calcinar bauxita, no coque, cada proceso químico tiene un diseño y sus equipos están vinculados a esa función”, cuestionó el experto del sector aluminio.
Indicó que las plantas utilizadas no deben tener filtros para captar los volátiles que tiene el coque al no ser diseñada para procesar dicho insumo. “Fue diseñada para calcinar bauxita que no tiene azufre ni los compuestos del coque, que es un derivado del petróleo”, añadió.
No se adecuó la planta
Según una nota de prensa de Petróleos de Venezuela de 2016, la estatal pretendía “realizar las adecuaciones necesarias” en las instalaciones de Probasin para la calcinación de coque.
Un trabajador que está en planta desde la construcción de la compañía señaló que esto no se hizo y ahora se contaminaron los hornos y se infecta a los ciudadanos. “Debían hacerse unas adecuaciones, había que hacer unas piscinas de sedimentación, unos separadores de metales que tiene el coque ya que nuestro coque es altamente contaminante”, dijo.
Sin embargo, reprochó que por la alianza estratégica que anunció Maduro, Carbonorca entró a la planta, empezaron los trabajos de calcinación y no se hicieron las adecuaciones para evitar la contaminación y avería de las plantas.
“Nuestras chimeneas no son para emitir humo, la de nosotros son inversas, cuando esa vaina bota humo es porque hay un problema”. Explicó que los hornos tienen unas mangas filtrantes que separaban los contaminantes durante la calcinación de bauxita y las chimeneas solo funcionaban en momentos de emergencia.
“Ellos lo que hacen es mandar esa cantidad de residuos a la atmósfera, eso lo que está es contaminado a los trabajadores, porque una mascarilla no es suficiente para eso”, advirtió.
El empleado añadió que el coque calcinado no está saliendo en calidad óptima para los ánodos de carbón que posteriormente serán utilizados en la producción de aluminio primario y que la planta quedó inoperativa para la calcinación de bauxita. “Todos los equipos están contaminados (…) ya esa planta para lo que fue concebido no sirve”, lamentó.
Deben hacerse estudios
El dióxido de azufre (SO2) es un gas incoloro con un característico olor irritante. La Organización Mundial de la Salud en su resumen de directrices mundiales sobre la calidad del aire publicado en 2021 recomienda que no se supere los 120 microgramos de SO2 por metro cúbico (μg/m3) en un periodo de 24 horas.
Por su parte, la legislación venezolana en las Normas Sobre Calidad del Aire y Control de la Contaminación Atmosférica establece que el dióxido de azufre no debe superar los 80 microgramos por metro cúbico. Hasta ahora se desconoce los niveles de dióxido de carbono que se están emitiendo y hasta qué punto podrían generar afectación al ambiente, la fauna y la ciudadanía.
El ingeniero químico y profesor universitario, Antonio Seijas, señaló que debe hacerse un estudio de impacto ambiental para conocer estos índices. Recordó que en 2005 se hizo un estudio con Saint Gobain, empresa productora de carburos de cilicio con coque de petróleo, ubicada en las cercanías a la comunidad de San Jacinto, vía Ciudad Bolívar, para reglamentar esta producción.
En ese entonces el sector rural reclamaba los malos olores por la emisión de sulfuro de hidrógeno un gas tóxico, inflamable e incoloro con un característico olor a huevos podridos, al cual culpaban de enfermedades respiratorias, en la piel y parasitarias.
Seijas explicó que luego del estudio de impacto ambiental a esta compañía se le permitió utilizar coque siempre y cuando el azufre contenido estuviera por debajo del 3%, por lo que no pudieron utilizar más el coque venezolano que sobrepasaba el 5%.
El exgerente de calidad ambiental en Bolívar y exgerente corporativo de estudios y proyectos ambientales de la CVG, Luis Guzmán, sostuvo que en Guayana -años atrás- existió una red de seguimiento de calidad de aire, administrado por la CVG, hasta que se dejó perder desde hace aproximadamente 10 años.
El especialista ambiental dijo que habría que medir el nivel de contaminación en las chimeneas del proceso productivo y en el aire que pudiera afectar a la población. “Las mediciones que se hacen en las chimeneas son para control de procesos, mientras que la otra sería para cuidar la salud de las personas”, añadió.
Indicó que la empresa debería tener un sistema de control de contaminación que lleve la concentración de dióxido de azufre hasta sus niveles permitidos. “Es posible porque la tecnología de control existe, pero es necesario tener voluntad política y capacidad técnica y financiera”.
Visita del Ministerio de Ecosocialismo
El 6 de octubre representantes del Ministerio de Ecosocialismo (Minec Bolívar) se reunieron con autoridades e ingenieros de Probasin en busca de disminuir los gases y olores que han afectado a la parroquia Unare. Durante la visita ingenieros de la estatal aseguraron que estaban realizando trabajos de adecuación para reducir las emisiones de gases.
Según reseña la nota de Minec Bolívar, el director de la institución, Jessiel Gascón, subrayó que en las próximas semanas se realizarían un “cronograma de protección ambiental”.
Aunque el equipo de Correo del Caroní visitó las instalaciones de Probasin y contacto vía telefónica a Gascón para conocer sobre los trabajos realizados para reducir las emisiones de gases, no hubo respuesta de las autoridades.