En el marco de una jornada de protesta nacional motivada por el Día del Empleado Universitario, el magisterio superior guayanés se dio cita frente a la Universidad Nacional Experimental Politécnica Antonio José de Sucre (Unexpo) para exigir aumento salarial y mejoras en el presupuesto de las universidades públicas.
Con consignas y pancartas, representantes de la Universidad Nacional Experimental de Guayana (UNEG), Universidad de Oriente (UDO) y Unexpo reclamaron la paralización desde hace más de tres años del salario mínimo, así como la ausencia de políticas que les permitan costear gastos médicos y de vestimenta.
Para el presidente de la Asociación de Profesores de la UNEG, Raúl Brito, la situación es cada vez más insostenible, ya que el educador universitario no cuenta con ingresos para poder tener seguridad alimentaria, trasladarse a la casa de estudios y, tan siquiera, costear unos lentes nuevos.
“Estamos acá en una protesta nacional, exigiendo salarios dignos. Son 25 años de agresión a la calidad de vida de los trabajadores universitarios. En el año 1999, un profesor universitario ganaba 2.500 dólares en promedio, hoy gana 8 dólares. Nos están asesinando. Existe una política de acabar con la universidad pública venezolana. La universidad se mantiene abierta gracias al hambre y el sacrificio de los trabajadores, empleados y profesores universitarios. Exigimos un presupuesto ajustado a la tasa inflacionaria. El presupuesto fue calculado a dólar de 40 bolívares, ahorita está a 66, ya se devaluó y no ha llegado el primer bolívar. En el HCM, nos están asesinando. La UNEG debe 400 mil dólares en HCM, nos tienen secuestrada nuestra caja de ahorro. Le pedimos a los entes encargados salarios dignos y presupuesto justo, transporte y comedor para el estudiante. Los profesores deben tener equipos de alto nivel para dar clases de calidad”, puntualizó Brito.
Según los testimonios, los educadores ganan cerca de 8 dólares en concepto de salario, 40 dólares en bono de alimentación y un bono de guerra de 90 dólares para un ingreso total de casi 140 dólares frente a una cesta alimentaria que supera los 500 dólares.
Para 2024, el gremio propuso un salario de 180 dólares como mínimo, el cual debía impactar en los pagos de prestaciones y beneficios sociales; sin embargo, la solicitud no fue atendida.
“Los bonos no son salario. El bono de guerra no es salario. Ganamos, en promedio, 4 dólares semanales. ¿Qué se puede comprar con 4 dólares? No se puede comprar lentes, no se puede ir al odontólogo. No se puede comprar zapatos. No se puede comer balanceadamente”, acotó Brito.
Durante el pasado mes de marzo, los trabajadores públicos cumplieron tres años sin recibir aumento salarial, este es el período más largo que este sector ha pasado sin incremento desde hace al menos 27 años.
El último aumento se dio en marzo del año 2022, cuando se anunció un salario mínimo de 130 dólares. En este momento, esto equivalía a 30 dólares, mientras que a día de hoy representa unos 3,58 dólares teniendo en cuenta la tasa de cambio del Banco Central de Venezuela, el monto ha perdido el 90% de su poder adquisitivo.
Según especialistas, el estancamiento busca evitar la incidencia de un nuevo monto en beneficios sociales como prestaciones, pago de vacaciones y liquidaciones de empleados públicos, las cuales se calculan en base a un sueldo de menos de 5 dólares.
En reemplazo al salario, el gobierno adoptó el término “ingreso mínimo” compuesto en su mayoría por el pago de bonos: alimentación, guerra económica, amor mayor… Los cuales no tienen incidencia en la seguridad social.
Desde el año 1997 se registró al menos un aumento anual del salario mínimo hasta el año 2022, durante este último aumento, Nicolás Maduro aseguró que se lograría la salarización de bonos, pero esta promesa nunca se cumplió.
“Vamos a salarizar los bonos que entregamos a la clase obrera, y ustedes proponen que se coloque el salario mínimo base de los trabajadores en medio petro, estoy de acuerdo y eso impacte todas las tablas salariales. Aprobado”, expuso durante aquella alocución.
“El gobierno se excusa en ataques externos para no atender el problema salarial”
Albert Villarroel, secretario de contratación colectiva del sector administrativo de la UNEG, alegó que el Estado ha venido planteando guerra económica y sanciones como causa de la falta de incremento salarial; no obstante, aseguró que el proceso de destrucción salarial es un tema de vieja data y continúa sin ser atendido por las autoridades.
“No tenemos nada que celebrar. A nivel nacional se están dando distintas propuestas, especialmente en la Universidad Central de Venezuela (UCV). El sector educativo venezolano está en condiciones paupérrimas. Le hacemos un llamado a los trabajadores a seguir luchando. Esto no terminó el 28 de julio, el pueblo sabe lo que pasó el 28 de julio. Lamentablemente, el gobierno se excusa en ataques de guerra económica por parte de situaciones externas, eso puede estar en el tapete; pero no es mentira que aquí hay bastantes recursos que a los que no se les hace contraloría y que muchas veces ese tipo de recursos podría ser usado para cosas prioritarias que tiene el país. Parece que la educación no es prioridad para el país. El salario mínimo se cambió por el ingreso mínimo mensual: eso no existe por ningún lado. Constitucionalmente, se establece en el artículo 91 el salario mínimo. De ahí se derivan todos los conceptos a nivel salarial. Más del 90% de lo que percibe el trabajador ha sido bonificado, eso es inconstitucional. No debe ocurrir. Queremos un salario cónsono a la canasta básica”, vociferó Villarroel, quien enfatizó en que los bonos no cubren si quiera la tercera parte de la canasta básica.
Según el Observatorio de Universidades, en los últimos tres años renunció al menos el 40% de los profesores universitarios, en este sentido, el sector universitario estaría viéndose directamente impactado por la falta de inversión e investigación.
Ante esta consulta, profesores de la UNEG aseguraron que esta universidad contaba con más de 10 centros de investigación, de los cuales hoy solo funcionan tres.
“En este momento, nos dirigimos al país y a quienes tienen la dirección de este Estado. No es posible que tengan tanto tiempo sin aumentarnos el salario y ahora la excusa es que Chevron se va de Venezuela. Chevron está desde el año 2022, aportando 400 mil barriles de petróleo diariamente a un promedio de 80 dólares, calculen ustedes dónde está ese dinero y por qué nosotros tenemos tantos años sin aumento de salario. Estamos subsidiando al sistema universitario. Cada vez que venimos tenemos que pagar y no nos alcanza el salario. El salario es el mínimo y lo que nos dan son unos bonos. Estamos desgastados, ya no podemos cumplir todos los días de trabajo. Ya no se aguanta más. Le pedimos por vía pacífica que aumenten el salario. Que nos den un sueldo mínimo. Estamos matando tigre. Cada vez que llegan los bonos esos uno lo que está esperando es para ir a los chinos a comprar lo más barato. Nosotros deberíamos estar tranquilos en nuestra casa de estudios, nos han sometido a un estrangulamiento total. No es posible. Estamos en un sistema esclavista”, explicó Fabián Rondón, presidente del sindicato de empleados de la Unexpo.