jueves, 28 marzo 2024
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Altas tasas de desempleo y ocupación informal marcaron el año 2021 pese al efecto rebote en la economía del país

La Academia Nacional de Ciencias Económicas prevé que el posible aumento o crecimiento de la economía venezolana en 2022 sería “marginal” y no marcaría mayor diferencia en el bienestar general de la población.

“No se puede todavía ser muy optimista y concluir que una probable recuperación leve de la economía en 2021 signifique que se haya incrementado significativamente el empleo”. De esa manera la Academia Nacional de Ciencias Económicas (ANCE) resumió parte del panorama económico actual del país, marcado en 2021 por una “disminución pequeña”, o incluso estabilización, del PIB ante el ligero aumento de la producción petrolera y la participación del sector privado.

En su segundo informe semestral del año, la ANCE estima que “puede preverse que 2021 será un año mejor que 2020” y que, por primera vez desde 2014, el país pudiera reflejar crecimiento cero o un ligero incremento de su PIB “impulsado por un efecto rebote” o un “punto de inflexión” en el que la producción petrolera, agrícola, industrial, tecnológica y comercial mantienen su ascenso tras tocar fondo y aprovechar la liberalización informal de la economía.

Aún así, aclara que el avance económico de 2021 no quiere decir que se haya iniciado una etapa de crecimiento económico sostenido, vigoroso e inclusivo, pues en líneas generales el empleo sigue siendo muy precario -con situaciones muy dramáticas en el sector público- prevalece la informalidad y los trabajos temporales, y la dolarización del salario nominal en el sector privado (mínimos de entre $70 y $90 al mes) sigue lejos de lo que se pagan en otros países de la región.

La Academia Nacional de Ciencias Económicas añade que el aumento de la informalidad también se ve reflejado en la actividad empresarial a raíz del cierre de empresas formales por la pandemia y la caída continua de la economía. La contracción del mercado interno, además, ha obligado al sector formal no alimentario a buscar una salida incrementando las exportaciones, pero en un contexto sin infraestructura ni políticas económicas eficaces que impulsen esa actividad.

En consecuencia, el posible aumento o crecimiento de la economía venezolana sería “marginal” y no marcaría mayor diferencia con relación al bienestar general de la población, sumida en niveles de pobreza y desigualdad históricos, por lo que la ANCE cataloga ese leve crecimiento como “congruente” con la activación de negocios como bodegones y mayor estabilidad para quienes venden bienes y servicios en dólares.

El aislamiento de Venezuela de los mercados financieros internacionales, producto de impagos de la deuda externa y la crisis de legitimidad del gobierno de Nicolás Maduro, se suman a la destrucción de la industria petrolera y las sanciones internacionales como impedimentos para mejorar el flujo de caja de la economía y, con ello, la situación fiscal del país.

La academia señala que, según estimaciones privadas, el déficit fiscal en 2021 puede llegar a ser 11% del PIB, a pesar de la pequeña recuperación en la producción y los niveles de exportación petrolera, que en octubre registró un aumento de 45,5% respecto a 2020. De hecho, prevé que el Estado no esté recibiendo impuestos directos de la industria o que sean mínimos, considerando que una parte importante de la producción se dirige a cancelar la deuda con China.

Ello sumado a los efectos negativos de las exenciones arancelarias en la recaudación fiscal, que también causa efectos adversos sobre la industria nacional. Tras 15 años consecutivos de déficit fiscal, y mientras se mantengan las limitaciones, la ANCE prevé que el gasto público siga financiándose con emisión monetaria y causando presiones inflacionarias.

La Academia Nacional de Ciencias Económicas finaliza su reporte resaltando el colapso palpable del Estado en muchas áreas, principalmente en la prestación de servicios, lo que sumado a las condiciones de inseguridad alimentaria, pobreza, educación y salud pública resultan en un “tejido económico muy debilitado” incapaz de crecer sostenidamente sin inyección de recursos externos y mejores reformas.