Estudios de la consultora financiera Atenas Grupo Consultor, especializada en el sector industrial manufacturero y el retail, indican que el consumo en Venezuela está orientado principalmente hacia la producción nacional, pese a la aparente dependencia a las importaciones que padece el país.
Los resultados de encuestas semanales efectuadas por la firma apuntan a que 70 de cada 100 dólares en manos de los venezolanos se utilizan para comprar mercancía nacional. Es decir, 70% del consumo en el país corresponde a productos locales, mientras que el 30% restante abarca producción importada.
Así lo reveló el director comercial de Atenas, Alexander Cabrera, al argumentar que en el país existe un “tabú” con respecto a los productos importados, pues los empresarios nacionales señalan a la importación de productos terminados como un problema, ya que el Gobierno ha puesto en marcha mecanismos de exoneración de aranceles e impuestos que generan una “competencia desleal”.
Según esta hipótesis, los consumidores prefieren consumir las mercancías importadas que arriban al país sin encarecerse por pagos de distintos tributos, por lo que consumen menos producción nacional, lo que afecta a la industria local.
Sin embargo, Atenas sugiere que más de dos tercios de lo que compran los venezolanos tiene un origen nacional, mientras que el tercio restante corresponde a productos importados.
La mayoría de este consumo nacional es representado por productos alimenticios, ya que constituyen alrededor de un 80% del gasto de las familias venezolanas, de acuerdo con los resultados de las encuestas.
El porcentaje del gasto en alimento ha crecido en el último año, en gran parte debido al incremento de precios en dólares, un fenómeno que ha azotado a la economía venezolana en los últimos tres años.
“Con 150 dólares podíamos comprar un mercado en enero de 2021, entre 150 y 160 productos. Ahora para comprar los mismos productos hay que gastar entre 300 y 350 dólares”, destacó Cabrera en una entrevista para Unión Radio.
La inflación en dólares avanza, pese a los intentos del Gobierno por reducir el uso de la divisa e impulsar el bolívar nuevamente. el impuesto a las grandes transacciones financieras (IGTF) es un mecanismo para gravar los pagos en dólares, para así incentivar las transacciones en bolívares, pero el venezolano confía principalmente en la “moneda dura”.
Cabrera explicó que en las últimas semanas, desde la entrada en vigencia del IGTF, sí ha bajado la cantidad de transacciones en dólares, porque las personas intentan evitar pagar el 3% adicional. Sin embargo, los ahorros siguen dependiendo de los dólares.
“Más del 50% de la población venezolana tiene alguna cuenta respaldada por moneda dura, ya sea en cuenta verde o custodia. Las transacciones se trasladan a moneda local, pero siguen respaldadas por cuentas en dólares”, sostuvo.
Con respecto al mismo IGTF, la consultora levantó otra encuesta, cuyos resultados asoman que tras dos meses de entrada en vigencia, aún no se aplica de manera correcta y existen muchas dudas sobre el cobro de este impuesto, factor que también ha impulsado el uso de la moneda nacional.
“El mayor problema es que o están claras qué bases toman para aplicar el 3%. Hay una gran falta de información, hay muchos sistemas que no están ajustados y por eso la gente prefiere pagar en bolívares”, recalcó.