Los indígenas pemones ven en el retorno de este símbolo una oportunidad para el reencuentro. “Hay mucha desunión y eso no pasó durante muchos años”, destacó la capitana de la comunidad indígena Mapaurí, Viviana Benavides. La enorme piedra, que mide 12 metros y pesa 30 toneladas, está de vuelta a la Gran Sabana.