Mientras el poder es más autoritario es también más arbitrario. Lo que condena a las mayorías a ser víctimas de un arsenal de venganzas, que la élite dominante administra aviesamente.
El sistema legal está en el deber de proteger los derechos de ambos padres y garantizar un acceso equitativo a los hijos, siempre teniendo en cuenta el bienestar de estos últimos.
El régimen venezolano pretende erigirse en una tiranía hereditaria casi que de corona, mientras que, a sus aliados españoles y asociados, les entrega la extracción de recursos en bandeja de plata.
El pontífice añade que “desde un punto de vista jurídico, no es necesaria” pues “la sociedad puede reprimir eficazmente el crimen sin quitar definitivamente a quien lo cometió la posibilidad de redimirse”.
Chávez dividió el alma de los venezolanos, y lo hizo a conciencia; porque llamar escuálidos a los opositores no fue una ocurrencia sino el catalizador de la mencionada venganza -de la cual habló Delcy Rodríguez en una entrevista con José Vicente Rangel, con el detalle de que ni ella ni su hermano Jorge, ni nadie de su familia fueron nunca marginales sociales-.