De acuerdo con Una Ventana a la Libertad, 123 personas recluidas en centros de detención preventiva murieron en 2021. Además, el hacinamiento en estos lugares es de 161%.
Esta misma semana, la Policía del Estado Bolívar recapturó a un recluso fugado el 17 de agosto de los calabozos de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), en San Félix. | Foto Archivo
Una Ventana a la Libertad señaló que registraron muertes por enfermedades como cirrosis, hemorragia pulmonar, amibiasis, VIH y otras tres defunciones de las cuales las autoridades no especificaron las causas. | TalCual
Hasta el momento los adolescentes no han sido recapturados. La ONG solicita a las autoridades que durante todo proceso de recaptura, se respete el derecho a la vida como derecho supremo. | Foto cortesía
La sobrevivencia en los calabozos policiales, que se convirtieron en las nuevas cárceles del siglo XXI, depende de los familiares de la población reclusa.
Investigación de Una Ventana para la Libertad, realizado en 239 centros policiales de 15 estados del país, reporta más de 150 fallecidos durante 2019 en los calabozos policiales; de los cuales 40 murieron por enfermedades.
Los 203 calabozos policiales y militares monitoreados tienen capacidad para albergar a 3.734 personas, pero en estos espacios hay atrincherados 19.028 detenidos, lo que representa un hacinamiento del 509,58%.
La desigualdad y aumento de abusos por parte de funcionarios incrementa en mujeres reclusas, en comparación con hombres privados de libertad en Venezuela.
El informe del primer semestre de 2018 de la ONG Una Ventana a la Libertad, determina las precarias condiciones de los centros de detención preventiva, donde la mayoría carece de condiciones básicas que garanticen los derechos humanos y civiles.