Luciana Torchiaro, asesora regional de Transparencia Internacional para América Latina y el Caribe, afirma que una característica común de todos los países de esta región es que hay muy pocas sanciones contra los responsables de la corrupción.
El país registró un punto menos que en el período anterior y alcanzó apenas 14 puntos de 100, con lo que sigue siendo el peor evaluado en las Américas, y su calificación lo coloca entre los cuatro más bajos a nivel global.
El aumento de la corrupción ha sido exponencial en Venezuela. La corrupción por parte de los funcionarios públicos puede ser una carga administrativa y financiera importante para las empresas.
El bajo rendimiento de la nación suramericana solo está por encima de países como Somalia, Sudán del Sur, Siria y Yemen con puntuaciones de 9, 12, 13 y 15, respectivamente.