La docente especializada en artes escénicas asevera que su pasión por la enseñanza y el baile fueron la dicotomía idónea para entender la importancia del folklore, el papel del maestro en la motivación estudiantil y la importancia de educar en valores.
Luego de entregar su vida a la docencia, los maestros jubilados -quienes gozaban de prestigio social y beneficios económicos que les permitían adquirir viviendas, vehículos, así como hacer viajes dentro y fuera del país-, han visto partir a sus hijos y nietos.