Caroní solo cuenta con una unidad de diálisis extrahospitalaria, en esta se atienden personas de Core 8 y vía a El Pao. El insuficiente aporte del IVSS complica la condición de más de 180 pacientes que dependen solo de 30 riñones artificiales.
Los pacientes protestaron a las afueras del centro médico y trancaron la avenida Atlántico para pedir auxilio y financiamiento del Estado a fin de mantener abierta la unidad de la que dependen sus vidas.
El Instituto Venezolano de los Seguros Sociales paga montos ínfimos por cada terapia realizada, lo que hace que las unidades de diálisis trabajen a pérdida. La situación amenaza la vida de pacientes renales que dependen de la hemodiálisis para sobrevivir.