“Casi no amanezco”, expresó Hermes Bastardo, dirigente sindical de la industria cementera, cuya denuncia a través de un audio que difundió por WhatsApp hizo que la compañía revirtiera la negativa inicial y fuera hospitalizado en una clínica.
El asesor legal del sindicato de Venezolana de Cementos denuncia que pese a suspenderse el procedimiento de despido de una trabajadora, en el despacho laboral se emitió una providencia administrativa a favor de la empresa.
De acuerdo con el secretario general de Sintracemex, Jhonny Linares, las recientes calificaciones de despido buscan crear paralelismo sindical aliado al patrono, medida que cuenta con respaldo de la Inspectoría del Trabajo. | Foto Jhoalys Siverio
El intento de despido viola el fuero sindical, pues la directiva del Sindicato de Trabajadores Cementeros, elegida en 2019, estará vigente hasta 2022. Durante estos meses sus reclamos han sido desatendidos por la empresa. | Foto William Urdaneta
Representantes sindicales califican de “injustificadas” las desincorporaciones. Aunque sostienen que la Inspectoría del Trabajo es una instancia sin independencia, cumplirán con la formalidad de formalizar la queja.
La solicitud fue realizada por el sindicato desde principios de año. Ante la negativa de discutir las contrataciones colectivas, en su defecto piden negociar cinco cláusulas económicas. | Foto cortesía
Aseguran que el Ministerio del Trabajo solo citó a representantes sindicales adeptos al oficialismo para la discusión de contratos colectivos. Rubén González afirma que es porque ellos aprobarán sin discutir.
Representantes de Sintracemex esperaban discutir temas salariales, de salud, alimentación y pasivos laborales para mejorar las condiciones económicas y de vida de los trabajadores cementeros. | Foto cortesía
El sindicato insiste en que, pese a la baja producción de la empresa, los ingresos de la estatal permiten una mejora salarial para los trabajadores, quienes ganan menos de 5 dólares al mes. | Foto cortesía
En 2012 la producción de cemento superaba las 350 mil toneladas. Ocho años más tarde no alcanzan ni siquiera las 20 mil. Los trabajadores sobreviven revendiendo paletas con cemento entregadas por la empresa.