El convenio se suscribió en otra reunión en enero de 2022, en el cual se autorizó a los artesanales a trabajar por un lapso de tres meses que se podía extender.
En marzo de 2020, la Gobernación de Sucre entregó la concesión a Alimentos San Ignacio para que se encargara de la explotación de la sal. Los trabajadores aseguran que desde ese mismo año la producción se encuentra paralizada.