La única explicación plausible de la conservación de la misiva en cuestión, sería su relación con la mina de Venezuela, cuyo producto gozaron y pretenden seguir gozando, el propio Rodríguez Zapatero, como, Morodo, su compinche.
Josep Borrell, con su guerra de micrófonos, bufa, a todas luces, a objeto de hacernos creer que enviará una supuesta veeduría electoral, ceñuda, respondona, imparcial, solo que hasta los menos informados saben que semejantes veedores vienen nada más que a santificar el megafraude del 21 de noviembre.
Ser musulmán o judeocristiano, o confucionista, se supone para Huntington como lo definitorio del nuevo marco de las relaciones globales una vez llegado el siglo XXI.