Hernández Lárez insistió en el necesario cuidado de esas áreas y obedecen a planes de ordenamiento territorial, mientras que Venezuela “es un Estado democrático de derecho y de justicia”.
Los añejos pueblos del estado Bolívar parecen condenados al ostracismo. La alternativa democrática es un sueño etéreo, secuestrado por piratas de la sabana.
En la avenida principal de Curagua, algunos residentes depositan sus derechos en un vertedero improvisado, ya que el aseo pasa una vez al mes. Los zamuros y perros infectan la zona. | Foto William Urdaneta
Todos por el Futuro y Clima21 – Ambiente y Derechos Humanos elaboran materiales dirigidos a las comunidades de la cuenca del río Caura, en riesgo por la contaminación que deviene de la indiscriminada explotación aurífera. | Imagen referencial
150 personas de la etnia sanema presentan síntomas de paludismo y de otras enfermedades que no han sido diagnosticadas, reportó el cacique a la organización Kapé Kapé. | Foto William Urdaneta
Indígenas reportan daños de chozas y conucos como consecuencia del conflicto entre las Fuerzas Armadas, miembros disidentes de las FARC y un sindicato minero.
Clima 21 y Todos por el Futuro explicaron que la minería en el territorio trajo consigo violencia, corrupción militar, acaparamiento y especulación de bienes de primera necesidad y problemas de salud asociados al mercurio, además de malaria y desnutrición.
Denuncian que 302 indígenas están varados en Maripa, en el municipio Sucre del estado Bolívar, sin poder volver a sus comunidades por falta de combustible.
El municipio Sucre amaneció militarizado este lunes debido a las protestas de los habitantes desesperados por más de 70 días sin combustible y fallas permanentes de los servicios básicos.
De acuerdo con la Gaceta Oficial N° 6.526, el Ministerio de Desarrollo Minero Ecológico considera como zonas estratégicas para la explotación de minerales los ríos Caura, Cuchivero, Aro, Yuruari, Cuyuní y Caroní.